EL EFECTO INVERNADERO DAÑA LA BIODIVERSIDAD MARINA
Cólera, intoxicación alimentaria... la huella que deja el calentamiento de los océanos en la salud humana
El efecto del cambio climático en el océano ya tiene efectos en la salud humana, según un estudio del Congreso Mundial de la Naturaleza. Apuntan a un aumento de las enfermedades por las altas temperaturas del agua.
En el estudio 'Calentamiento oceánico: causas, alcance y consecuencias', promovido por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), los investigadores aseguran que "la huella" del cambio climático está ya impresa en la totalidad de los océanos del planeta, desde las zonas polares hasta las tropicales, y causa "considerables alteraciones".
Una de las alteraciones consiste en "un aumento de las enfermedades en las poblaciones de flora y fauna marina", que, según Dan Laffoley, uno de los principales autores del estudio, "no es ajeno el hombre". Laffoley explicó que "los agentes patógenos se propagan más fácilmente por el incremento de la temperatura del agua, incluidas las bacterias que causan el cólera".
Al mismo tiempo, se produce un aumento en la floración de algas nocivas para la salud, causantes de enfermedades como la ciguatera, una intoxicación alimentaria causada por la ingesta de pescado que se alimenta de algas. Los científicos advirtieron de que la mala salud del océano, causada por los gases de efecto invernadero, daña notablemente la biodiversidad marina.
"Nos hemos quedado atónitos ante la magnitud de los efectos del cambio climático en los ecosistemas marinos", afirmó Laffoley. Además, estas alteraciones amenazan la "despensa" pesquera mundial, especialmente en las zonas tropicales del planeta.
El calentamiento del océano también influye en el clima: el número de fuertes huracanes aumenta a un ritmo de entre un 25 y un 30 % por grado de incremento de temperatura mundial. Se ha registrado también un incremento de las precipitaciones en las latitudes medias y las zonas monzónicas, al tiempo que ha llovido menos en algunas regiones subtropicales.
Los investigadores advirtieron, no obstante, de que no todo está perdido: "Hay cantidad de medidas que países, organismos internacionales y comunidades locales pueden desarrollar para hacer más fuertes los océanos frente a esta amenaza", subrayó Inger Andersen, directora de la UICN. Entre ellas: declarar más áreas marinas protegidas, establecer protección jurídica en alta mar, potenciar el conocimiento científico y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.