Clasificación y daños

¿Cómo se forma un huracán?

Comprender qué factores intensifican los huracanes es esencial para prepararse y mitigar sus impactos. Si bien los huracanes varían en intensidad, todos comparten un proceso común de formación.

Son las tormentas más grandes y violentas que ocurren en la Tierra. Los huracanes pueden causar daños masivos debido al fuerte viento, las marejadas y las lluvias que provocan. Sin ir más lejos, en octubre de 2024, el huracán Milton se cobraba la vida de al menos 14 personas y dejado una senda de destrucción a su paso por Florida (EEUU).

Según la región donde se originan, reciben distintos nombres como tifones o ciclones. No obstante, el término científico que engloba a todas estas tormentas es ciclón tropical. En realidad, sólo los ciclones tropicales que se forman sobre el Océano Atlántico y el Océano Pacífico oriental se llaman "huracanes", aunque los términos se suelen intercambiar.

Independientemente de cómo se les llame, todos los ciclones tropicales tienen un proceso de formación similar, y eso es lo que vamos a ver en este artículo.

Cómo se forma un huracán

Para entender qué es un ciclón tropical podemos imaginar que es una especie de motor gigantesco que se alimenta de aire cálido y húmedo como combustible. Por eso razón, sólo se pueden formar sobre océanos de agua templada, es decir, los que están cerca del ecuador. La temperatura del agua debe ser de al menos 26º centígrados dado que eso permite que haya evaporación suficiente para aportar la humedad que necesita el sistema tormentoso, según National Geographic.

El aire cálido y húmedo que hay sobre los océanos se eleva desde cerca de la superficie. Dado que el aire se mueve hacia arriba y se aleja de la superficie, queda menos aire cerca de la superficie dejando un área de menor presión de aire cerca del océano.

El siguiente paso es que el aire con mayor presión de las áreas circundantes llena el área de baja presión. Luego, este "nuevo" aire se vuelve cálido y húmedo y también se eleva. En la medida en que el aire cálido continúa subiendo, el aire circundante gira para ocupar su lugar.

Otro fenómeno que se produce es que, cuando el aire cálido y húmedo se eleva y se enfría, el agua en el aire forma nubes.Todo el sistema de nubes y aire gira y crece sin parar, alimentado por el calor del océano y el agua que se evapora de la superficie.

Según va girando en círculos todo el sistema de la tormenta cada vez más rápido, se forma un ojo en el centro. Es curioso pero, dentro del ojo del huracán, todo es muy tranquilo y claro, con una presión de aire muy baja. El aire de presión alta superior baja hacia el interior del ojo.

Otra curiosidad sobre los huracanes es que las tormentas que se forman al norte del ecuador giran en sentido contrario a las manecillas del reloj. Y las tormentas al sur del ecuador, giran en el sentido de las manecillas del reloj. Esta diferencia se debe a que la Tierra gira sobre su eje, como explican desde la NASA.

Cómo se mide la fuerza de un huracán

Los huracanes se clasifican en cinco categorías según la escala Saffir-Simpson, que mide su intensidad. La fuerza de un huracán se mide teniendo en cuenta los vientos y también otros factores como la marejada ciclónica y las lluvias intensas, que pueden causar inundaciones severas. Este es un resumen de las categorías y la fuerza de los huracanes:

Huracán de categoría 1

  • Vientos: entre 119-153 km/h
  • Daños potenciales: se trata de vientos peligrosos que pueden dañar techos, ramas, provocar caídas y posibles apagones eléctricos que duren varios días.

Huracán de categoría 2

  • Vientos: entre 154-177 km/h
  • Daños potenciales: son vientos extremadamente peligrosos que dejarán daños cuantiosos en techos, árboles, y apagones que esta vez pueden durar semanas.

Huracán de categoría 3

  • Vientos: entre 178-208 km/h
  • Daños potenciales: ya se habla de daños devastadores. Los vientos afectarán a estructuras, arrancarán árboles y habrá pérdida de servicios y suministros durante días o semanas.

Huracán de categoría 4

  • Vientos: entre 209-251 km/h
  • Daños potenciales: un ciclón de estas características provoca daños catastróficos como estructuras, árboles y postes eléctricos caídos, aislamiento de vecindarios y zonas inhabitables por semanas o meses.

Huracán de categoría 5

  • Vientos: entre 252 km/h o más
  • Daños potenciales: destrucción masiva de estructuras, aislamiento de áreas enteras y zonas inhabitables por semanas o meses.

Es importante destacar que incluso los huracanes de menor categoría pueden ser muy peligrosos y causar daños significativos.

Consecuencias de un huracán

Más allá de los vientos destructivos, los huracanes traen consigo un peligro igualmente letal: las inundaciones masivas. Estas se originan de dos fuentes principales: las luvias torrenciales, que saturan el terreno, y las marejadas ciclónicas. Estas últimas son las responsables de casi el 50% de las muertes durante un huracán, según estudios del Centro Nacional de Huracanes (NHC) de los EEUU.

Qué es una marejada ciclónica

La marejada ciclónica se define como una elevación anormal del nivel de la mar empujada por los vientos del huracán, y puede causar graves inundaciones en las zonas costeras.

Estás se dan sobre todo cuando el huracán se acerca a tierra, y es mucho peor si la marejada ciclónica coincide con un periodo de marea alta, porque amplifica sus efectos.

Hay varios factores que influyen en cómo será la marejada ciclónica que acompaña a un huracán. Por un lado, está la intensidad de los vientos, ya que vientos más fuertes generan mayores marejadas.

Por otro, es determinante la velocidad de avance de la tormenta, puesto que las tormentas más lentas permiten que las marejadas se adentren más en tierra firme. Y, por último, la geografía costera, ya que las costas con pendientes suaves son más vulnerables, facilitando que el agua avance más hacia el interior.

Hay que tener en cuenta los devastadores efectos de las inundaciones ya que con apenas un metro de agua los pisos inferiores de las viviendas quedan sumergidos y las evacuaciones comienzan a ser casi imposibles.

Con dos metros de agua, los vehículos flotan y las zonas afectadas se quedan aisladas.

Y ya con tres metros de agua, las plantas bajas de los edificios desaparecen totalmente bajo el agua, dejando muy pocos lugares seguros.

Los huracanes, con su capacidad para generar vientos destructivos, marejadas ciclónicas e intensas lluvias, son una fuerza natural devastadora y a pesar de los avances en predicción y respuesta, los huracanes continúan representando una amenaza seria.

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