Investigación contra el cáncer

Detectan un compuesto del veneno de pulpo australiano que podría "ralentizar significativamente" el melanoma

Según los primeros resultados, este compuesto podría sentar las bases de un "tratamiento de precisión y menos tóxico" contra el melanoma con mutación BRAF.

Un estudio internacional en el que participa el Imdea Alimentación de Madrid ha hallado "indicios prometedores" de que un compuesto identificado en el veneno de un pulpo australiano podría "ralentizar significativamente" el crecimiento del cáncer y ayudar a combatir la resistencia a los fármacos en pacientes con una de las formas más graves de melanoma.

El péptido en cuestión ha sido hallado en el veneno del pulpo australiano de tierra, siendo un compuesto que, según sugieren los primeros resultados, podría sentar las bases de un "tratamiento de precisión y menos tóxico" contra el melanoma con mutación BRAF, que representa aproximadamente la mitad de todos estos casos.

El estudio preclínico ha sido dirigido por la doctora Maria Ikonomopoulou, investigadora de Imdea Alimentación, que inició el proyecto mientras trabajaba en el Instituto de Investigación Médica de Queenslad (QIMR) en Berghofer (Australia), con colaboradores de la Universidad de Queensland, la Universidad James Cook, la Universidad de Sydney y la Universidad de Santiago de Compostela, según recoge en una nota el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados (Imdea).

"El equipo de Ikonomopoulou testó las propiedades antitumorales de una serie de compuestos de veneno reproducidos sintéticamente e identificados previamente por la investigación de la Universidad de Queensland", añaden.

Tras estudiar los compuestos de veneno derivados de varios animales marinos, comprobaron que el del pulpo de arena australiano "destacaba" por su capacidad para "atacar de forma segura y eficaz" las células de melanoma con mutación BRAF en modelos preclínicos, reduciendo "de forma selectiva" la proliferación de las células del melanoma e "impidiendo la progresión del tumor", mientras que "apenas afectaba a las células sanas".

Los autores subrayan que esta especificidad es "realmente importante", porque los tratamientos existentes "pueden ser bastante tóxicos" para las células sanas y tener efectos secundarios "desagradables", lo que limita las cantidades que los pacientes pueden tomar.

La doctora Ikonomopoulou señala que, aunque "todavía es muy pronto" y se debe seguir investigando, estos hallazgos "ofrecen la esperanza" de que este péptido del pulpo pueda convertirse en un tratamiento dirigido al cáncer que pueda administrarse "de forma segura y eficaz, incluso en dosis muy elevadas".

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