LLUVIA DE ESTRELLAS

La Luna complicará la observación de las Lágrimas de San Lorenzo en su mayor día de actividad

La Luna llena hará más difícil observar las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo el próximo 15 de agosto en los días que mayor actividad tendrán.

La fase llena de la Luna dificultará el próximo 15 de agosto la observación de las Perseidas, la lluvia de meteoros más popular de todas, en los días de su mayor actividad, según el Instituto Geográfico Nacional (IGN).

En España la máxima actividad de la lluvia se espera que tenga lugar entre las 04:00 y las 17:00 horas del día 13 de agosto, por lo que la mejor noche para la observación debería ser la del 12 al 13 de agosto.

No obstante, el IGN recomienda para poder observar las Perseidas tener "paciencia" y esperar a que la Luna se oculte para "aprovechar el breve periodo de tiempo hasta el comienzo del amanecer".

La lluvia de las Perseidas es una lluvia de meteoros que sucede todos los años hacia el 12 de agosto. Se las conoce también en España con el nombre popular de Lágrimas de San Lorenzo, dada la proximidad del máximo de este fenómeno al 10 de agosto, día de la festividad del mártir español con ese nombre.

Esta lluvia de meteoros es visible desde todo el hemisferio norte en pleno verano. Las velocidades de estos meteoros pueden superar los 50 kilómetros por segundo y su tasa de actividad puede llegar a los 200 meteoros por hora.

Aunque su momento de máxima actividadtiene lugar en las noches del 11 al 13 de agosto, las Perseidas comienzan habitualmente a verse hacia el 17 de julio y terminan hacia el 24 de agosto.

Su alta actividad, junto con las condiciones atmosféricas favorables para la observación durante el verano boreal, hace de las Perseidas la lluvia de meteoros más popular y la más fácilmente observable, de las que tienen lugar a lo largo del año.

Aunque este 2019, será difícil observarlas porque habrá Luna llena el 15 de agosto.

Los cometas, según describen sus órbitas alrededor del Sol, van arrojando al espacio un reguero de gases, polvo y escombros, es decir, materiales rocosos, que permanecen en una órbita muy similar a la del cometa progenitor. Cada cometa va formando así un anillo en el que se encuentran distribuidos numerosos fragmentos cometarios.

Cuando la Tierra, en su movimiento en torno al Sol, encuentra uno de estos anillos, algunos de los fragmentos rocosos, meteoroides, son atrapados por su campo gravitatorio y caen a gran velocidad a través de la atmósfera formando una lluvia de meteoros.

La fricción con los gases atmosféricos calcinan y vaporizan los meteoros que aparecen brillantes durante una fracción de segundo formando lo que popularmente se denominan 'estrellas fugaces'. No se trata entonces de una estrella, sino de una partícula de polvo incandescente.

La altura a la que un meteoro se hace brillante depende de la velocidad de penetración en la atmósfera, pero suele estar en torno a los 100 kilómetros. Sin embargo, el alto brillo y la gran velocidad transversal de algunos meteoros ocasionan un efecto espectacular causando la ilusión en el observador de que están muy próximos.

Los meteoroides de masa menor al kilogramo se calcinan completamente en la atmósfera, pero los mayores y más densos, de consistencia rocosa o metálica, forman meteoritos: restos calcinados que caen sobre el suelo.

La correspondiente lluvia de meteoros parece tener un único centro de origen, un punto del que parecen surgir todas las estrellas fugaces. Ese punto se denomina "radiante" y su localización se utiliza para nombrar a la lluvia de estrellas. Así, las Perseidas tienen su radiante en la constelación de Perseo.

Ellugar de observación de las Perseidaspuede ser cualquiera con tal de que proporcione un cielo oscuro, según el IGN. En cualquier caso, es preferible observar desde un lugar que tenga pocos obstáculos para la vista como edificios, árboles o montañas, y no utilizar instrumentos ópticos que limiten el campo de visión.

El Instituto recomienda "tumbarse" y "esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad". El número de meteoros observables por hora es muy variable. En un sitio bien oscuro y con el radiante alto sobre el horizonte puede superar el centenar.

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