Nueva hipótesis
El misterio de las líneas de Nazca, ¿desvelado? Investigadores japoneses podrían haberlo resuelto
Estas enigmáticas líneas que atraviesan el desierto peruano llevan años intrigando a la comunidad científica, que ha barajado diversas teorías sobre su función y significado. Ahora, un grupo de investigadores japoneses cree que podrían ser para marcar caminos y senderos.
Apreciables solo desde las alturas, las misteriosas Líneas de Nazca trazan diferentes formas y figuras sobre el desierto peruano. Un enigma, el de estos imponentes geoglifos de la época precolombina, que lleva décadas obsesionando a los científicos y que ahora podría haber quedado resuelto. Y es que un grupo de investigadores japoneses cree que podrían haber sido una forma de marcar caminos y senderos.
Las Líneas de Nazca son un conjunto de cientos de figuras geométricas de animales, personas y plantas situadas en un inmenso desierto en la región de Ica, al sur de Lima, realizados por la cultura nazca (siglo I-VII) y cuya función y significado siguen sin estar claros.
El investigador Masato Sakai, de la Universidad de Yamagata, lidera un grupo que estudia estas enigmáticas líneas y que ha descubierto, con la ayuda de arqueólogos locales, imágenes aéreas y drones, más de 350 figuras desde el año 2004.
Según Sakai, existen dos tipos de figuras, las de tipo lineal -como el conocido colibrí- y que se hicieron retirando las piedras negras superiores para revelar tierra blanca debajo; y las de tipo relieve, que combinan varias dimensiones para formar una figura. "Las de tipo lineal existen al inicio y al final de caminos rectos y se pueden usar para viajar de un valle a otro que se encuentre a unos 20 kilómetros, mientras que las de tipo relieve están al costado de senderos que no son rectos y suelen estar dibujadas en pendiente", explica.
Tradicionalmente se han barajado diversas hipótesis acerca de las Líneas de Nazca: algunas apuntaban a un gran calendario astronómico, mientras que otros expertos creían que eran figuras religiosas y algunos ufólogos incluso apostaban por que se tratara de pistas de aterrizaje de naves extraterrestres.
"Una civilización sin letras"
Para este investigador nipón, su foco de interés siempre se ha centrado en las letras y abecedarios, por lo que quería saber cuál era la forma en la que esta civilización podía comunicarse sin contar con estos sistemas. "Yo tengo interés en las letras. Todo el mundo usa abecedarios, pero en la civilización andina no tenían esa manera de comunicarse, por lo que quería saber cómo lo hacían. Mi interés era una civilización sin letras", señala.
A pesar de su antigüedad, estas célebres figuras no fueron descubiertas hasta 1930, porque la planicie de la superficie del desierto solo permitía que los diseños se vieran en su totalidad desde el aire o desde algunas colinas circundantes. Las figuras más representativas son conocidas como la araña, el mono y el colibrí, además del cóndor, el pelícano, la gaviota, el caracol, la ballena, la serpiente y la llama, así como otras que representan plantas o figuras humanas.
Inteligencia artificial para comprobar la hipótesis
Cuando los citados investigadores nipones comenzaron con este proyecto, contaban principalmente con fotos satelitales o aéreas, pero recientemente han logrado incorporar también drones, lo cual ha ayudado a encontrar centenares de figuras. Además, desde 2019 tienen un acuerdo con IBM, cuya inteligencia artificial podría ayudar a revelar la ubicación de más figuras y, a su vez, descubrir otras hipótesis sobre su verdadero significado.
"Al conocer la ubicación de estas figuras podemos entender cuál era la experiencia de estas personas al transitar estas zonas. Siempre se trata de una hipótesis, pero esperamos que con la inteligencia artificial podamos comprobar si es correcta o presentar una mejor que coincida con los nuevos datos", afirma el experto.
Encontrar todas las figuras, que según el experto podrían superar el millar, es clave para poder preservarlas, tanto del clima como de las actividades económicas de la zona, como la minería o la agricultura. "Para la gente de Nazca, los geoglifos son un orgullo porque la ciudad no es tan grande, pero viene mucha gente a ver las figuras. Cuando encontramos nuevas, compartimos la información con la gente local porque sabemos que ellos van a respetarlas y defenderlas, ya que es el trabajo de sus ancestros", concluye Sakai.