Por una fuga de aire

La NASA se 'muda' a la zona rusa de la Estación Espacial Internacional

La tripulación de la Expedición 63 pasará el fin de semana en el módulo ruso de la estación para que los controladores de la misión puedan solucionar el problema: una fuga de aire, que no supone un peligro inmediato.

Los tripulantes de la Expedición 63, que se encuentran en la Estación Espacial Internacional desde abril, tendrán que trasladarse al segmento ruso de la estación a causa de una fuga de aire en el segmento americano que "no presenta un peligro inmediato", según ha explicado la NASAen un comunicado.

Será un astronauta de la agencia estadounidense y dos cosmonautas quienes se encarguen de la reparación. Para encontrar el origen del escape, "se cerrarán todas las escotillas de la estación espacial" de manera que los "controladores de la misión puedan monitorear cuidadosamente la presión del aire en cada módulo", detallan.

Los resultados de las pruebas estarán disponibles "a finales de la próxima semana", y demostrarán qué módulo está experimentando una tasa de fuga superior a la normal. La NASA asegura que este ensayo "no presenta ningún problema de seguridad para la tripulación".

Será esta noche cuando el comandante Chris Cassidy y sus compañeros de tripulación, Ivan Vagner y Anatoly Ivanishin, hagan las maletas para trasladarse al módulo ruso de la Estación Espacial Internacional. En caso de emergencia, los tripulantes podrán utilizar la nave espacial Soyuz MS-16, que está conectada a un pequeño laboratorio cerca del modelo ruso, para regresar a la Tierra. Además, tendrán acceso al módulo de mini-investigación Poisk, un lugar donde podrán prepararse para futuras caminatas espaciales y realizar experimentos científicos, entre otras cosas.

La fuga de aire: un antiguo conocido

El problema fue descubierto por primera vez en septiembre de 2019: la NASA y sus socios internacionales encontraron indicios de un ligero aumento de aire por encima de la tasa estándar. Las operaciones rutinarias de la estación, como las caminatas espaciales o las llegadas y salidas de las naves espaciales, impidieron a los expertos recopilar suficientes datos para caracterizar el tamaño de la fuga en aquel momento.

En esta ocasión, la NASA ha puesto todos sus esfuerzos para solucionar el percance. Así lo ha ratificado en su cuenta de Twitter Josh Matthew, responsable de los sistemas operativos ambientales y térmicos de la estación espacial. El experto ha felicitado al equipo por su "increíble trabajo", y augura que será un fin de semana "muy ajetreado" para todos.

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