El peso no importa, la grasa sí
Nueva propuesta para redefinir la obesidad: que la grasa corporal sustituya al IMC como indicador clave
Los expertos sugieren eliminar la norma actual de dividir el peso (en kilogramos) por el cuadrado de la estatura (en metros) y proponen un enfoque más preciso. Este nuevo método permitiría realizar diagnósticos y tratamientos más ajustados a la salud metabólica de cada individuo.
Hasta ahora, el diagnóstico de la obesidad se ha basado principalmente en dos parámetros: el Índice de Masa Corporal (IMC) y el peso registrado en la báscula. Sin embargo, un grupo de expertos está impulsando un cambio radical de estos criterios. Consideran que la cantidad de grasa corporal debería ser el factor determinante para clasificar a una persona como obesa, en lugar del tradicional IMC.
Este comité de especialistas argumenta que la grasa es la clave para un diagnóstico más preciso y tratamientos más personalizados. Según Cristóbal Morales, endocrino de la Sociedad Española de Obesidad, "si tenemos grasa o el perímetro de cintura es algo, tenemos obesidad". De acuerdo con estos expertos, este enfoque permitiría una mejor comprensión de la salud metabólica de las personas.
El IMC, que se calcula dividiendo el peso (en kilogramos) por el cuadrado de la estatura (en metros), ha sido la norma desde hace más de 150 años. Si el resultado es superior a 30, se considera que una persona tiene obesidad. Sin embargo, este criterio es cuestionado, especialmente en casos como el de muchos jugadores de rugby, quienes, a pesar de tener un IMC por encima de 30, poseen un porcentaje de grasa corporal muy bajo.
Además, los expertos proponen diferenciar entre obesos "preclínicos" y "clínicos". Los primeros no serían considerados enfermos, mientras que los segundos sí. No obstante, este punto ha generado controversia, ya que algunos advierten que esta clasificación podría llevar a una relajación en la prevención.
La prevención, señalan los especialistas, es crucial para evitar el desarrollo de enfermedades graves como la diabetes y la hipertensión. El objetivo es actualizar los métodos de diagnóstico de la obesidad, permitiendo una mejor orientación en cuanto a la salud y el bienestar de los pacientes.