Más de 55.000 casos analizados
El orden de los síntomas de la COVID-19: ¿realmente hay un patrón?
Primero fiebre, luego tos, náuseas y, finalmente, diarrea. Este es el "camino más probable" que siguen las personas que se han contagiado de coronavirus, según un estudio de la Universidad del Sur de California (USC). Investigación que, no obstante, advierte: "Son hipótesis".
El coronavirus podría seguir un orden de síntomas. Al menos, según se infiere de un estudio de la Universidad del Sur de California (USC), publicado el pasado 13 de agosto en la revista Frontiers in Public Health. Esta investigación "ayudaría a profesionales y pacientes a distinguir más rápidamente la COVID-19 de otras enfermedades respiratorias", aunque los autores advierten: "Son hipótesis, debido a que esta información esencial, en gran medida, no está disponible".
El estudio se basa en observaciones clínicas de casos de la COVID-19, así como en "la comparación del progreso de sus síntomas con otras enfermedades respiratorias, como la gripe común, SARS y MERS, para observar si las enfermedades se presentan de manera diferente", explican en su resumen.
Ahora bien, tras dicho seguimiento, la USC ha dado con algunas conclusiones interesantes, especialmente al equiparar el coronavirus con otras enfermedades como la gripe común o el SARS. Sus hallazgos no solo sugieren que la inclusión del orden de los síntomas es importante a la hora de tratar estas enfermedades, sino que además muestran que, efectivamente, podría haber un patrón en la forma en la que el virus se manifiesta.
Los mismos síntomas en casos leves y graves
"Hemos determinado los caminos más y menos probables [en la evolución de la enfermedad]. Y, en el caso de una persona infectada con la COVID-19, lo más probable es que experimente síntomas del orden de fiebre, tos, náuseas / vómitos y diarrea", señalan los investigadores. Por el contrario, el proceso menos probable, según la USC, es el contrario: experimentar primero diarrea, luego náuseas, tos y finalmente fiebre.
De ser cierta esta hipótesis, se amplificaría considerablemente la diferencia del coronavirus con respecto a otras muchas enfermedades respiratorias, incluidos el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) y el síndrome respiratorio agudo severo (SARS). "La COVID-19 se diferencia del SARS y MERS en el orden de síntomas gastrointestinales", señalan en el estudio, y siguen: "El tracto gastrointestinal superior (náuseas y vómitos) en la COVID-19 parece verse afectado antes que el tracto gastrointestinal inferior (diarrea); es decir, lo opuesto al MERS y el SARS", concluyen.
El estudio también ha indagado en cómo influye el orden de síntomas a la hora de comparar pacientes de COVID graves y leves. La conclusión es rotunda: "Los caminos más y menos probables son idénticos en los casos graves y no graves, según nuestros hallazgos anteriores", escriben. Esto se ha sabido gracias a la implementación de cada uno de los casos por separado, mediante el uso de "un modelo de progresión estocástico" —un concepto matemático que sirve para caracterizar una sucesión de variables aleatorias (estocásticas) que evolucionan en función de otra variable, generalmente el tiempo—.
Por qué es importante saber el orden de síntomas
"El orden es especialmente importante para saber cuándo tenemos ciclos superpuestos de enfermedades como la gripe, que coinciden con infecciones de la COVID-19", explica Peter Kuhn, uno de los conductores del estudio. En sus conclusiones, la investigación resalta también la necesidad de saber estos caminos para frenar la pandemia: "La importancia de conocer los primeros síntomas radica en la necesidad de detener la propagación del COVID-19, una enfermedad que es dos o tres veces más transmisible que la gripe y que da lugar a brotes de racimos", expresan.
"Los médicos pueden determinar qué pasos tomar para cuidar al paciente y pueden evitar que la condición del paciente empeore", añade Kuhn, que es respaldado por sus compañeros: "El orden de los síntomas importa. Esto puede ayudar a los profesionales a tomar mejores decisiones sobre el tratamiento", incide Joseph R. Larsen, líder del estudio.
Esta investigación ha analizado más de 55.000 casos confirmados, todos ellos en China. Dichos datos anteriormente habían sido recopilados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), y la fecha de estos casos data de entre el 16 y el 24 de febrero.