Emergencia climática
Así sonarían 'Las Cuatro Estaciones' si Vivaldi las compusiera hoy
¿Es la primavera la misma de siempre? Con motivo del Día Mundial Contra el Cambio Climático un compositor y un meteorólogo se han preguntado si 'Las cuatro estaciones' de Vivaldi sonarían igual si se compusieran hoy.
Cuando Vivaldi hace 300 años compuso 'La primavera', la recreó como una estación alegre, colorista, el origen de la vida y así ha llegado hasta nuestros días, así la imaginamos cuando cerramos los ojos y recordamos las primaveras de nuestra infancia, pero, todos nos hemos dado cuenta y los meteorólogos lo confirman, las primaveras de los últimos años son cada vez más cortas, llegan de repente y dan paso rápido al caluroso verano.
Así lo confirma el meteorólogo superior del Estado, Ernesto Rodríguez, y así la ha imaginado el compositor Hachè Costa en su revisión de 'Las cuatro estaciones' de Vivaldi.
"Son dos semanas, diez días", dice Costa, y "está asociada a numerosos trastornos psicológicos". Nos confirma que esta parte, por ser tan conocida, es la que más le ha costado modificar y que su favorita es 'El otoño'.
En cuanto al verano, es la estación que se está "comiendo" a las demás. Asegura Ernesto Rodríguez que cada año se expande un día, lo que en diez años serán diez días, por lo que la próxima generación tendrá un mes más de verano a costa de menos otoño y menos primavera, además será más extremo, como todos los fenómenos meteorológicos. "Llueve menos, pero llueve más intenso: llueve mal", resume.
Y así lo ha reflejado el compositor en su partitura, intensificado con más instrumentos que imitan tormenta los momentos en los que Vivaldi recreaba una fina lluvia invernal.
La partitura del planeta no volverá a ser la misma, pero todavía estamos a tiempo de evitar que futuras generaciones pregunten cómo era un otoño.
Eran conocidos como los 'caras rotas'
De héroes a monstruos, la desgracia de los soldados desfigurados en la Gran Guerra: "Las novias rompían el compromiso y los niños salían huyendo"
Los conocidos como 'caras rotas' eran despreciados por la sociedad, como se narra en El reconstructor de caras. Solo algunos, gracias al cirujano Harold Gillies, vivieron una segunda oportunidad.