DESPUÉS DE 27 AÑOS GUARDADO EN ALMACENES

El coche en el que viajaba Carrero Blanco se convierte en una obra de exposición

El 20 de diciembre de 1973, el coche de Carrero Blanco volaba por los aires. Se elevó más de 20 metros, hasta acabar en el patio de la iglesia donde había escuchado misa. Cuarenta años después aquel ‘Dodge’ negro sigue tal y como quedó aquel día. Con los hierros retorcidos y las manchas de sangre, pero más entero de lo que uno hubiera imaginado.

Sorprende el estado en el que quedó el coche de Carrero Blanco, el día que salió volando por los aires, sabiendo que el vehículo estaba blindado. “El habitáculo de la parte trasera está prácticamente intacta”, asegura Alberto Ferreras, editor gráfico de la Agencia Colpisa.

De hecho, solo el copiloto murió en el acto en aquél atentado de ETA en la calle Claudio Coello de Madrid en 1973, porque el conductor y Carrero Blanco murieron minutos después. Una placa muestra el lugar donde murieron, pero no hace falta, ya que una gran grieta en el suelo recuerda aquél trágico momento.

Mientras los españoles asimilaban lo que había sucedido, la fábrica de ‘Dodge’ en España transmitía un comunicado alabando la dureza del coche, porque tras la explosión todavía funcionaba un intermitente cuando cayó al patio. Como era la prueba de un crimen pasó a disposición judicial durante cinco años. Y durante un tiempo expuesto al público en 1987 se le perdió la pista hasta ahora que ha vuelto protegido por un armazón.

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