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El cine y la propaganda, dos formas comunicativas que a menudo caminan de la mano
Cuando el celuloide es más fuerte que las balas, además puede destruir dictaduras. Aquella tabla en el final de la película Titanic no solo salvó a Rose, también ha salvado a más de un norcoreano. Así utilizan los EEUU y otras naciones el cine para la propaganda.
La escena final de Titanic que ha emocionado a medio mundo sorprendió a Park Yeon-mi, una joven norcoreana. Aunque no de la forma en la que planeó James Cameron, Titanic sirvió a Park Yeon-mi para que se diese cuenta de que se puede morir de amor y no sólo por el estado.
Malinowski, asesor de Obama, cuenta en un artículo reciente como el cine occidental llega a Corea del Norte en usb y dvd piratas. Esto hace que los norcoreanos tengan una visión de cómo se vive fuera de allí. El 87% de los disidentes consumieron cine de acción norteamericana, y esto refleja el peso que tienen estas películas para la caída del comunismo en Corea del Norte.
Sin embargo, esto no es nada nuevo. El cine como medio de comunicación de masas ha servido para reflejar los idearos políticos del poder. Eisenstein trabajó al servicio de la revolución soviética para crear películas como 'El Acorazado Potemkin'. En 1938 estrena 'Alexander Nevski', un filme encargado por Stalin ante la amenaza nazi. En él se retoma la figura de un héroe nacional que triunfó contra los invasores teutones.
Hitler contaba con los documentales de Leni Riefenstahl, que realizó la trilogía de Nuremberg donde se exalta la figura del dictador. Disney, en oposición al nazismo, realizó varios cortos como 'la cara del Fuhrer', donde el pato Donald sueña que trabaja para una fábrica de armamento nazi.
Curioso es también el corto de los 'Tres Cerditos', donde en 1930 se representa un lobo que parodia a un judío. En 1938 se cambia la imagen del lobo por una sin connotaciones políticas. Para que en 1941 el lobo apareciese con una esvástica en el brazo.
En España, durante los años de la Guerra Civil, el Gobierno de la República produjo 'Tierra de España', narrada por Hemingway y que se llegó a proyectar en la Casa Blanca con la esperanza de conseguir el apoyo del presidente Roosevelt. Franco también utilizó el cine para mostrar su ideario en la raza y en el No-do.
Durante la Guerra Fría, Hollywood produjo un millar de películas donde el malvado enemigo era el soviético. Pero no todo el cine de propaganda llega desde el poder, hoy en día Michael Moore critica a la sociedad norteamericana con mucho humor.
Un humor que Charles Chaplin ya reflejó al parodiar la figura de Hitler con este discurso: "La Tierra es rica y puede alimentar a todos los seres, el camino de la vida puede ser libre y hermoso, pero lo hemos perdido. La codicia ha envenenado las almas, ha levantado barreras de odio..."
Lo cuenta la escritora Celia Santos
El 'Plan Marta', el "cruel" programa de Franco y la Iglesia para repoblar Australia con mujeres españolas blancas
En los años 60, cientos de mujeres fueron enviadas a las antípodas con el objetivo de repoblar el país, como cuenta Celia Santos en la novela El país del atardecer dorado.