DOCUMENTOS INEDITOS
Hallados dos nuevos documentos inéditos sobre la labor recaudadora de Cervantes que confirman su estancia en Osuna
Un investigador encuentra una carta de pago que corrobora la presencia del escritor en la villa ducal de Osuna, Sevilla. Los principales biógrafos de Cervantes habían supuesto su estancia Osuna pero no se ha podido confirmar hasta ahora.
Dos nuevos documentos hallados en el Archivo de Indias y en el de Protocolos de Sevilla por el investigador José Cabello Núñez ofrecen más datos sobre la actividad recaudadora de Cervantes en Andalucía y corroboran su estancia en Osuna (Sevilla), que no había sido confirmada por ningún biógrafo.
Archivero municipal de la Puebla de Cazalla (Sevilla), Cabello Núñez ha localizado en los últimos cinco años catorce documentos cervantinos que no habían sido estudiados -uno de ellos con la firma del autor del Quijote- y que ha ido publicando, con su consiguiente análisis, en la revista "Anales cervantinos", del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Los principales biógrafos de Cervantes habían supuesto esa estancia por las referencias -"no muy favorables, por cierto", acota Cabello Núñez- que de la villa y de su universidad hizo Cervantes en novelas como "El Quijote" y "Las dos doncellas".
No obstante, los principales cervantistas, Francisco Rodríguez Marín (natural de Osuna), José María Asencio y Luis Astrana Marín, aun dedicando buena parte de su vida al rastreo de archivos, nunca lograron dar con el documento que acreditara este paso por Osuna.
El otro documento inédito, que se conserva en el Archivo de Indias, es una partida contable relacionada con la comisión que el 22 de enero de 1588 encargó a Cervantes el proveedor general Antonio de Guevara. "Por esta comisión se le ordenaba conseguir 4.000 arrobas de aceite en Écija, conducirlas a Sevilla y entregárselas a Jerónimo Maldonado, quien habría de enviarlas a Sanlúcar de Barrameda para su embarque en los galeones de la Armada Real que estaba a cargo del general Diego Flores de Valdés", según Núñez Cabello.
Ese documento facultaba a Cervantes para embargar los bagajes, carros y carretas que fueran necesarios, pagando a los arrieros lo que les correspondiera por su trabajo, pero -aclara el investigador- "Cervantes solo pudo obtener 2.002 arrobas, como consta en la relación jurada del cargo y la data del aceite que presentó el 2 de abril de 1591".
El asiento contable de 1588 recoge el importe total de los maravedíes pagados por Cervantes a los arrieros. Cabello Núñez ha señalado que en el Archivo de Protocolos Notariales de Écija (Sevilla) se conservan "un buen número de recibos firmados por algunos de los arrieros que transportaron tan valiosa carga, justificativos de que Cervantes les había pagado por su trabajo".
Los otros catorce documentos cervantinos hallados por Cabello Núñez con anterioridad -publicados por el CSIC en 2016- relacionan a Cervantes en 1592 con Porcuna (Jaén) y en 1593 con las villas sevillanas de Utrera, Carmona, Marchena, Arahal, Paradas, La Puebla de Cazalla, Morón de la Frontera y Osuna y Villamartín (Cádiz).
En aquel entonces, un Cervantes de 47 años se ganaba la vida prestando servicio al rey Felipe II como comisario real de abastos, acopiando trigo, cebada y garbanzos, entre otros suministros con los que abastecer los galeones de la Carrera de Indias.
Uno de esos documentos, el que lleva su firma, relaciona a Cervantes con una rica comerciante y bizcochera sevillana, Magdalena Enríquez, que no figura en las biografías y a la que llegó a facultar para que pudiera cobrar en su nombre su salario como comisario de abastos.