40 AÑOS DESPUÉS

José Luis Garci vuelve al cine con una precuela de 'El Crack' ambientada en los años 70

José Luis Garci se transporta al Madrid de los años 70 para estrenar una precuela de 'El Crack', la película que él mismo dirigió en el 1981.

Carlos Santos es Germán Areta, o lo que es lo mismo, el personaje que representaba Alfredo Landa. Con él y con El Moro, interpretado por Miguel Ángel Muñoz Mediante, José Luis Garci vuelve al cine con una de sus películas más míticas: 'El Crack Cero', la precuela de 'El Crack', dirigida por él en los años 80.

Han pasado casi 40 años desde 'El Crack', pero en la mente de José Luis Garci siempre estuvo la idea de que esta historia fuese una trilogía. Ahora, sin Alfredo Landa, tocaba volver al principio, y a un Madrid de los 70 muy real, porque Garci huye de las recreaciones. Así se completa la nostalgia en una España donde los detectives del cine negro clásico son de jugar al mus y tomar cañas.

José Luis Garci es el primer cineasta español que consiguió un Oscar por su película 'Volver a empezar', en 1983, y que tras haberse despedido de la profesión regresa con un "crack inesperado".

Según ha asegurado, a él también le ha cogido "por sorpresa" este regreso al cine. "No necesitaba hacer películas de nuevo", ha dicho el director, quien a sus 75 años asegura que no volverá a decir "nunca jamás". "Me encuentro con menos vigor que hace años, pero no lo sé, no podría asegurar nada", ha apuntado.

'El crack cero' se desarrolla en el año 75, en el contexto histórico del fallecimiento de Franco, y se estrena pocas semanas después de que el Supremo haya avalado la exhumación del cuerpo del Valle de los Caídos.

Tal y como ha señalado, aquel fue un año "especial", que traía algo desconocido, "la transición". "Es un pasado cercano pero también remoto, está lejos y cerca", ha dicho.

En la película, el espectador asiste a varios casos de violencia contra la mujer, algo que en aquella época era habitual y que funcionaba como "un decorado".

El director ha recordado que, por aquel entonces, si una escena de violencia tenía lugar en un bar, la gente "seguía jugando al dominó o miraba hacia otro lado". "Desgraciadamente ha tardado mucho, pero a partir de los años 90 ya se empieza a hablar del tema", agrega.

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