Cancelada por actores en calzoncillos

Más de 30 teatros se interesan por la obra de teatro censurada en Quintanar de la Orden, gobernado por PP y Vox

Si el que censura una obra busca enterrarla, que sepa que consigue justo lo contrario. La última vez que ha ocurrido es con la obra de teatro que el ayuntamiento de Quintanar de la Orden canceló porque sus protagonistas salían al escenario en calzoncillos.

Si en Quintanar de la Orden temían que ver hombres en ropa interior pudiera escandalizar al público, otros ayuntamientos se han atrevido a comprobarlo. Y es que a la obra le ha salido una treintena de funciones a raíz de la polémica.

"Cuando les mandamos el material de la obra completa, se dan cuenta de que no solo somos cuatro tíos en calzoncillos, sino que detrás hay cuatro actorazos, y hay un gran trabajo de guion, de dirección y producción", José Manuel Maciá, protagonista de 'Qué difícil es'

El querer censurar algo y acabar dándole más popularidad se conoce como 'Efecto Streisand', algo que ha ocurrido también con la novela 'Orlando' escrita hace 95 años por Virginia Woolf, ya que los préstamos han aumentado en las bibliotecas madrileñas desde que Vox cancelara la representación de una obra inspirada en ella en Valdemorillo.

Estos son solo dos de los casos de censura que ha vivido la cultura desde que Vox y PP comenzaran a gobernar juntos en distintos ayuntamientos tras las elecciones de mayo. En Santa Cruz de Bezana, en Cantabria, tiraron de la programación del cine de verano 'Lightyear' por un beso por el que ya en su estreno en salas hubo llamamiento al boicot, mientras que en las plataformas fue un éxito rotundo.

Y para éxito, el de los vecinos de Briviesca, en Burgos. Allí se programó una obra escrita por Alberto Conejero y Xavier Bobés ya estrenada con éxito en 2022: 'El mar: visión de unos niños que no lo han visto nunca', basada en la historia real del maestro republicano que ejerció en la zona y fue fusilado.

Pese a que el nuevo equipo de Gobierno canceló la función, los vecinos no consintieron que nadie callara a su profesor otra vez, y el día, a la hora y en el lugar en el que tenía que haberse representado la obra, la leyeron en voz alta.

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