Lo mejor del genio manchego

Las películas imprescindibles de Pedro Almodóvar: de la ganadora del Oscar a la que perdió 15 Goyas

Repasamos las películas imprescindibles de Pedro Almodóvar, sus actores fetiche y los personajes más icónicos que cimentan su universo almodovariano de amor, tragedia y deliciosa excentricidad con sello de autor.

Genial, inclasificable y, a veces, deliciosamente excéntrico, Pedro Almodóvar ha construido a lo largo de cincuenta años detrás de las cámaras su universo almodovariano poblado de imponentes personajes femeninos que hablan sin pelos en la lengua de amor, desamor, deseo y pasiones desatadas con, casi siempre, la maternidad como telón de fondo. 29 joyas en forma depelícula dignas de ver al menos una vez en la vida.

El último de ellos es 'La habitación de al lado', primer film de Almodóvar rodado en inglés, donde dos monumentos a la interpretación como Julianne Moore y Tilda Swinton ponen todo su talento al servicio del genio manchego. Aprovechando su estreno, recordamos las paradas obligatorias en la filmografía de Almodóvar, posiblemente el mejor director español de todos los tiempos.

¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984)

Después de experimentos fílmicos de diversa índole, Almodóvar encontró el equilibrio entre sus múltiples referencias pop, el ambiente underground de la Movida y el surrealismo que empapa toda su obra, y una concepción del cine mucho más clásica.

En '¿Qué he hecho yo para merecer esto?' el manchego nos ponía en la piel de Gloria (Carmen Maura), ama de casa frustrada y adicta a las anfetaminas que entra en una espiral de locura.

Para algunos precuela de Volver, comparte con ésta el origen rural de sus protagonistas y su forzosa adaptación a la vida en la gran ciudad, así como los problemas existenciales de la clase trabajadora.

La ley del deseo (1987)

Pedro Almodóvar se atrevía en 1987 con algo tan polémico para la época como un triángulo homosexual formado por Eusebio Poncela, Miguel Molina y un joven Antonio Banderas.

La historia nos llevaba hasta un caluroso verano madrileño, en el que las pasiones y los sentimientos están a flor de piel. Pablo (Poncela) está inmerso en una relación con Antonio (Banderas), un hombre al que no quiere, ya que su verdadero amor es su ex novio Juan (Molina).

Para reconquistar a su pareja, Antonio inicia un romance con Tina (Carmen Maura), la hermana de Pablo, una mujer con un oscuro secreto. Tragicomedia de enredo, Almodóvar profundizaba en las relaciones familiares y los traumas de la infancia en esta historia con trazas de thriller.

Mujeres al borde de un ataque de nervios (1988)

Sin duda, 'Mujeres al borde de un ataque de nervios' marcó un antes y un después en la carrera de Almodóvar. No sólo porque supuso la primera nominación al Oscar (entonces a Mejor película de habla no inglesa) para el director manchego, iniciando su carrera internacional, sino porque supuso el salto de calidad definitivo y la constatación de que el universo almodovariano no sólo estaba diseñado para un público marginal.

Comedia de culto con tintes de melodrama, la cinta nos convertía en espectadores de excepción de la ruptura sentimental de Pepa (Carmen Maura) e Iván (Fernando Guillén), dos actores de doblaje.

En la búsqueda de las razones por las que su amante la abandona, Pepa se irá encontrando con todo tipo de personajes pintorescos. Almodóvar reflexionaba sobre la vida y el amor en esta cinta llena de humor negro y espíritu pop cuyos personajes femeninos, como siempre, son historia del cine español.

¡Átame! (1989)

Clásico terriblemente ninguneado por los Goya (15 nominaciones y ningún premio), '¡Átame!' corroboró el excelente estado de forma de un Almodóvar que sólo un año antes había maravillado con 'Mujeres al borde de un ataque de nervios'.

En esta ocasión, Almodóvar se sumergía en la enfermiza relación de Ricky (su actor fetiche Antonio Banderas) y Marina (Victoria Abril), una actriz con la que este joven impulsivo vive obsesionado después de una noche de pasión, y que decide secuestrar para conquistar su amor.

Cautivadora y provocadora tragicomedia puramente almodovariana, la química de Banderas y Abril daba vida a unos personajes minuciosamente cuidados, que entre el romanticismo, el sexo y el humor encontraban el amor en la situación más inverosímil.

Tacones Lejanos (1991)

En los 90, cada película que estrenaba Pedro Almodóvar era un acontecimiento. La culpa la tenía ese marcado sello de autor, esas historias extravagantes e intensas que no podían salir de otro sitio que no fuera la mente del manchego.

Así ocurría con 'Tacones lejanos', fascinante historia de rivalidad materno filial entre Becky del Páramo, una mujer que lo dejó todo (incluida su hija) para triunfar en la canción, y Rebeca, su descendiente, que terminaría casándose con el gran amor de su madre. Un misterioso asesinato pondría tras su pista al juez que lleva el caso, un magistrado (Miguel Bosé) que por la noche se transforma en drag queen.

En esta cinta, Almodóvar buceaba, en clave de la tragicomedia con tintes de thriller, en los traumas de la infancia y el amor maternal a través de dos portentosos personajes femeninos interpretados por Marisa Paredes y una Victoria Abril que nunca estuvo mejor.

Todo sobre mi madre (1999)

Cumbre del cine más puramente almodovariano, 'Todo sobre mi madre' volvía a cargar todo el peso dramático de la trama en una figura maternal (una constante en el director manchego), para contarnos la dura, intensa y sentimental historia de una mujer (Cecilia Roth) que, tras ver cómo su hijo de 17 años muere trágicamente, viaja hasta Barcelona para encontrar a su padre y darle la mala noticia. La sorpresa llegará cuando ésta descubra que el progenitor es una transexual.

Con una composición menos arriesgada que en filmes anteriores, Almodóvar volvía a deslumbrar con un melodrama fascinante, lleno de personajes memorables, sobre todo los femeninos, que sólo pueden convivir en su universo, y que protagonizaban un relato sobre los sentimientos, el SIDA, el travestismo o, incluso, el existencialismo.

Éxito rotundo, la cinta se convirtió en todo un fenómeno de taquilla, a lo que se unen sus 7 Premios Goya y, ya en Hollywood, el Globo de Oro y el Oscar a Mejor película de habla no inglesa.

Hable con ella (2002)

El éxito de 'Todo sobre mi madre' jugó en contra de esta película que fue injustamente tratada en nuestro país, pero unánimemente aplaudida más allá de nuestras fronteras.

Sin ser considerada como candidata española al Oscar por la Academia patria y perder 6 de los 7 Goyas a los que aspiraba, 'Hable con ella' se alzó con el Oscar a Mejor guión original y Almodóvar cosechó su única nominación a la estatuilla dorada como Mejor director.

Por primera vez, el director manchego cargaba el peso de la historia sobre los hombros de dos hombres (Javier Cámara y Darío Grandinetti), y demostraba que, sin importar el sexo, pocos como él dominan el arte de crear personajes.

En el terreno de lo melodramático, 'Hable con ella' reunía a Benigno (Cámara), un enfermero enamorado de una paciente en coma (Leonor Watling), y Marco (Grandinetti), un escritor cuya novia (Rosario Flores), torera de profesión, también está en estado comatoso.

Entre ambos surgiría una fuerte relación de amistad mientras asistimos a sus dos historias de amor, cada una con sus particularidades, que avanzan en paralelo mientras hablan del dolor y la soledad con la tauromaquia como telón de fondo.

La mala educación (2004)

Con un tema tan almodovariano como la identidad de género como telón de fondo, el director manchego componía una cinta compleja, llena de aristas y zonas oscuras, de las que ganan con un segundo visionado.

En ella, Ignacio (Gael García Bernal) y Enrique (Fele Martínez) son dos niños que descubren el primer amor entre las paredes de una rigurosa institución religiosa en plena época franquista.

Víctimas de abusos por parte del sacerdote que la dirige, ambos volverán a encontrarse años más tarde, uno como un actor en busca de una oportunidad, y otro como un reputado director de cine.

Con grandes dosis de cine negro, en el que el travestido personaje de Bernal asume el rol de femme fatale, 'La mala educación' hablaba de amores prohibidos, anticlericalismo y traumas de la infancia.

Volver (2006)

En esta fascinante cinta, Almodóvar rinde un sentido homenaje a su madre, fallecida en 1999, y firma una historia en la que vuelca gran parte de sus vivencias de su infancia y la influencia matriarcal que tanto bien hizo en él.

En 'Volver', Penélope Cruz es Raimunda, una manchega residente en Madrid, casada con un obrero en paro (Antonio de la Torre) y madre de una adolescente (Yohana Cobo). Tanto ella como su hermana (Lola Dueñas) echan de menos a su madre (Carmen Maura, que regresaba al universo Almodóvar 18 años después), muerta en un incendio. Sorpresa para ambas cuando ésta se les aparezca convertida en un fantasma con muchas cosas que decir.

Con esta cinta, Almodóvar conseguía, como pocas veces, conciliar tanto a admiradores como detractores alrededor de una obra visualmente hermosa, a la vez que emocionante, en la que a pesar de reducir a la mínima expresión su vertiente más extravagante, conseguía regalarnos un puñado de personajes femeninos memorables.

Sobre todo el de Penélope Cruz, que nunca estuvo tan inmensa, y consiguió su primera nominación al Oscar.

La piel que habito (2011)

Después de coquetear durante años con el thriller en algunos de sus trabajos más sobresalientes, Pedro Almodóvar se atrevía con una cinta 100% de género.

Para ello, adaptaba la novela 'Tarántula' de Thierry Jonquet y recurría a su actor fetiche, Antonio Banderas, para que se convirtiera en Robert Ledgard, un médico loco que lleva años diseñando una piel que sea sensible a las caricias pero resistente a cualquier tipo de agresión, y que habría servido para salvar la vida de su mujer, muerta en un incendio. Pero para que el proyecto llegue a buen puerto, necesita una "cobaya", una nueva mujer.

Con 'La piel que habito' el manchego firmaba una cinta desprejuiciada, arriesgada y hasta esquizofrénica en la que nada es lo que parece. Entre extravagantes giros de guion, el realizador buceaba en los traumas, la venganza y la identidad de género y dejaba para la posteridad una nueva chica Almodóvar: Elena Anaya.

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