Las claves de su éxito
Por qué todo el mundo adora a Ryan Gosling: de sus declaraciones de amor a Eva Mendes a los personajes que interpreta
El actor se ha convertido en todo un fenómeno de masas. Ryan Gosling ha sido el novio ideal en películas románticas y ahora es héroe de acción. Su fama no ha parado de crecer y muchos han encontrado en él un modelo a seguir.
Ryan Gosling ha pasado de chico Disney a yerno perfecto. El actor ha sido el novio ideal en películas románticas y ahora es héroe de acción. Su fama no ha parado de crecer y muchos han encontrado en él un modelo a seguir
Lo cierto es que ha tardado años, pero parece que Hollywood ha encontrado a su nuevo Paul Newman y es que, como él, Ryan Gosling es un tipo con talento, guapo y con un punto canalla que no da problemas.
En Estados Unidos le conocen desde que, siendo un adolescente, protagonizó 'El Club de Mickey Mouse'. Sin embargo, no se convertiría en un fenómeno de masas hasta el confinamiento, en 2020, y es que fue en ese año cuando el consumo de sus películas en plataformas se disparó.
A partir de entonces, las personas se comenzaron a sentir tan representadas por él que inundaron las redes sociales de vídeos con el hashtag "es literalmente yo".
Gosling es un hombre al que a veces le gusta arriesgar un poco al vestir, y por el que casi todas sus compañeras se deshacen en halagos. Además, ha demostrado en más de una ocasión que no teme hacer el ganso en público.
Medios como 'The Guardian' destacan que, al recibir el Globo de Oro por la película 'La La Land', se lo dedicara a su mujer, Eva Mendes, por haber cuidado de sus hijas mientras él trabajaba. Que algo tan básico resulte revolucionario dice más de cómo la sociedad ve a los hombres que de él, pero todo esto le postuló como la mejor opción para ser Ken y que su imagen personal siga creciendo.
Un hecho que, a juzgar por las reacciones que suscita, parece que le funciona.
Eran conocidos como los 'caras rotas'
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Los conocidos como 'caras rotas' eran despreciados por la sociedad, como se narra en El reconstructor de caras. Solo algunos, gracias al cirujano Harold Gillies, vivieron una segunda oportunidad.