EUROVISIÓN 2018

¿Sabías que no se pueden tocar instrumentos en directo? Estas son las estrictas reglas del festival de Eurovisión

Ni niños, ni animales, ni instrumentos en directo, esas son algunas de las reglas del festival de Eurovisión 2018. Cabe destacar que estas reglas han estado siempre en constante cambio.

Los aspirantes a vencer hoy la 63 edición de Eurovisión en Lisboa tendrán que cumplir las estrictas reglas que establece el festival, como la prohibición de tocar instrumentos en directo o de que haya niños o animales en el escenario.

Desde la primera edición de 1956, cuando participaron sólo siete países, hasta la de este año, las normas a las que tienen que atenerse los participantes han estado en constante cambio. Si bien siempre se ha exigido que la parte vocal sea en directo, la instrumental ha sufrido numerosas modificaciones: mientras que hasta 1973 tenía que ser en directo, ese año se empezaron a permitir las grabaciones y desde 1999 está prohibido utilizar instrumentos en vivo.

Además, entre 1956 y 1998, el festival contaba con una orquesta sobre el escenario. Nunca ha estado permitido presentar canciones sólo instrumentales, pero sí pueden participar temas que únicamente cuenten con parte vocal, como ocurrió en 2006 y 2011.

Aunque al principio se limitaba la participación de cada país a un solista o dueto, a partir de 1963 se permitió la utilización de un coro acompañante y desde 1971 puede haber hasta seis personas sobre el escenario. Sin embargo, todas tienen que tener más de 16 años, ya que Eurovisión no permite la participación de niños, ni tampoco la presencia de animales sobre el escenario. El festival también limita la duración de las canciones desde 1960, a un máximo de tres minutos.

En la actualidad, una gran parte de los países participantes optan por presentar una canción en inglés, con el objetivo de llegar a más público, pero no siempre fue así. En dos periodos, entre 1966 y 1973 y entre 1977 y 1999, se exigía que cada país cantase en una de sus lenguas oficiales.

Bélgica (2003) y Holanda (2006) fueron las más innovadoras en términos lingüísticos, ya que presentaron canciones en lenguas inventadas. Sea en la lengua que sea, la canción no puede tener letras de naturaleza política, relacionadas con la religión o que inciten a la violencia. El festival sí da libertad a la hora de elegir la nacionalidad del cantante, que no tiene que coincidir con la del país al que representa.

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