MUERE HUGH HEFNER A LOS 91 AÑOS
"Si vives con un poco de estilo, tu vida será una fiesta": Hugh Hefner, mucho más que 'conejitas Playboy'
Sus 'conejitas' le hicieron famoso y millonario, pero ese no fue el único logro de Hugh Hefner. Su historia también es la de un hombre insistente, obcecado de una idea en la que siempre confió. El primer número de Playboy le costó todo lo que tenía pero consiguió, a partir de una sola imagen, edificar todo un imperio que acaba de dejar tras su adiós a los 91 años.
El primer ejemplar de la revista Playboy, su gran creación, incluía un posado de Marilyn Monroe. La revolución rubia posaba vestida para la primera plana de aquel número pero dentro de la publicación lo hacía más 'ligerita' de ropa.
Corría el año 1953 y aquella idea de Hugh Hefner supuso toda una revolución para una sociedad poco habituada al destape. Esa portada le costó todo lo que tenía pero, a partir de entonces, su vida siempre estuvo ligada al éxito.
"Empecé la revista en los años 50 sin dinero; literalmente. Tuve que contar con la ayuda de amigos y familiares para poder publicar el primer número", relata el propio Hefner. Su madre aportó 1.000 dólares de los de entonces a una idea que no le gustaba y en la que acabó confiando por ser su hijo quien la ponía en marcha.
Hefner soñaba con voltear el conservadurismo de los años 50 en EEUU y fue uno de los padres de la revolución sexual que vivió el país en los años 60. Se consideraba un soñador: "La mejor vida es la que consigues cuando persigues y alcanzas tus sueños".
Hefner equilibró su publicación ampliando su abanico temático y dotando a sus contenidos de calidad y profundidad. Política, actualidad, reportajes... todo tenía cabida en Playboy: "No es una revista de sexo. Si lo hubiese sido, no habría sido tan popular como lo es".
Pese a todo, fueron las conejitas de Playboy las que realmente le ayudaron a amasar su fortuna; las mismas que contribuyeron a levantar su icónica mansión y su imperio, que incluía, además, discotecas, salas de fiesta y canales de televisión. Todo era poco para un hombre tan ambicioso como revolucionario que marcó a toda una generación.