EUROLIGA | PANATHINAIKOS 82 - 89 REAL MADRID
El Real Madrid se rehace de su mal primer partido e iguala la eliminatoria ante Panathinaikos
La eliminatoria entre Real Madrid y Panathinaikos ha quedado igualada tras la victoria de los blancos en el segundo partido en Grecia. Felipe Reyes sostuvo a los blancos con un gran partido.
El Real Madrid reaccionó este jueves a lo grande y se llevó a base de garra, juego colectivo y mucho sufrimiento la segunda batalla de Atenas, lo que le permite recuperar el factor cancha en los cuartos de final de la Euroliga, que podría resolver en casa en los dos próximos partidos (82-89).
Dos días después de la paliza recibida en el mismo escenario en el choque inaugural de la serie, las tornas se cambiaron gracias a la demostración de casta de un equipo liderado por su capitán, Felipe Reyes (18 puntos), en el que también rayaron a gran altura otros jugadores como Jaycee Carrroll (17).
El dominio en el rebote (37/18) fue clave para volver a soñar con la Final a Cuatro de Belgrado, cuyo billete se jugará en el WiZink Center el miércoles y viernes de la próxima semana.
Al contrario que ocurrió el martes, el Panathinaikos empezó fallando sus primeros ataques y el Real Madrid, de la mano de Jeffery Taylor, respondía a las acometidas griegas y ofrecía una imagen muy distinta en la retaguardia, que se fue diluyendo con el paso de los minutos.
Antetokounmpo asfixiaba en defensa a Luka Doncic, lo que mermaba la producción ofensiva de su equipo, y un parcial de 8-0 tras varias concesiones blancas facilitó el primer tirón heleno en el marcador (15-7, min 6).
De nuevo, a los de Pablo Laso les costaba un mundo ver aro, especialmente desde el perímetro, lo que no les impidió ir sumando a base de garra y dobles esfuerzos hasta terminar el primer cuarto con un panorama muy distinto al del primer partido a pesar del triple sobre la bocina de Chris Singleton (21-16).
Un 5-0 de salida culminado por un triple de Jaycee Carroll volvió a igualar la batalla a los tres minutos de la reanudación. Las defensas se imponían a los ataques en ambas zonas y los puntos llegaban con cuentagotas, muchos de ellos desde la línea de tiros libres.
El dominio en el rebote (22-7 a favor del Madrid al descanso, con nueve capturas ofensivas) compensaba el preocupante 27 por ciento en tiros de dos de los de Pablo Laso en un choque sin un dominador claro que a esas alturas tenía a Felipe Reyes y Adreian Payne como hombres más acertados, con ocho puntos cada uno.
Tras varios minutos intercambiando golpes, el Panathinaikos dio otro acelerón a base de triples, lo que no amedrentó a un Real Madrid herido por la paliza recibida 48 horas antes que, a base de fe y esfuerzo, se fue a los vestuarios con vida (40-36).
Laso reconoció al descanso que, aunque sus hombres no estaban jugando un gran partido, al menos se mostraban sólidos en su juego y así siguieron en la reanudación, aunque James y Calathes amenazaban con hacer daño como en el primer partido de la serie. Se lo impidieron un certero Carroll, que golpeó desde todas las posiciones, y un colosal Felipe Reyes, con su habitual lucha y hasta dos triples sin fallo.
Ambos lideraron la reacción blanca en un excelente tercer cuarto que, gracias al acierto desde el perímetro, dominaron por 32-21. A los últimos diez minutos se llegó con la máxima ventaja visitante en el marcador del OAKA (61-68), aunque esos siete puntos se desvanecieron en tan solo 72 segundos de juego. Empezaba un nuevo partido con empate a 68.
Calathes intentó echarse el equipo a su espalda, aunque fue James quien metió el miedo en el cuerpo al conjunto blanco en los últimos instantes. Ya era tarde porque el Real Madrid siguió muy firme y se fue directo a por un partido que le permite arrebatar a los de Xavi Pascual el factor cancha. El miércoles y viernes, la batalla continuará en Madrid.