LA EUROCOPA DE 2008 MARCÓ UN ANTES Y UN DESPUÉS
Se cumplen diez años del histórico gol de Torres a Alemania: el inicio de la era dorada de la Selección
Se cumplen diez años del histórico gol de Torres que dio la segunda Eurocopa a la selección española. Más de cuarenta años después, y con una de las mejores generaciones de la historia, Luis Aragonés comandó un equipo con un estilo de juego único.
La selección española celebra los 10 años desde la conquista en Viena de su segunda Eurocopa, poniendo fin a más de cuarenta años de sequía, y dando el pistoletazo de salida a una de las mejores generaciones históricas de futbolistas, acompañado por sus posteriores éxitos en el Mundial de 2010 y en la Eurocopa 2012, y por un estilo de juego único e identificativo.10 años. Como si fuese ayer. #Recuerdospic.twitter.com/CoWhxoqPx0
— Iker Casillas (@IkerCasillas) 29 de junio de 2018
El dominio de 'La Roja' en el torneo fue abrumador, siendo el segundo equipo tras Francia en 1984 en ganar todos los partidos de la competición. Sólo Italia puso contra las cuerdas a una selección española que, además, consiguió cambiar su relación con la mala suerte, venciendo a los italianos en una tanda de penaltis donde Iker Casillas fue protagonista.
Después de una nueva decepción mundialista en Alemania, apeada en octavos por la Francia de Zidane y el aluvión de críticas sobre Luis Aragonés, la 'Roja' estuvo cerca de tocar fondo y de no llegar a Suiza y Austria.
Una inesperada derrota ante Irlanda del Norte y otra ante Suecia, dejó contra las cuerdas al 'Sabio de Hortaleza', pero el veterano técnico aguantó y logró enderezar el rumbo para meterse en la Euro donde Rusia, Suecia y Grecia serían las primeras rivales.
España llegaba con ánimos renovados y las esperanzas crecieron exponencialmente con un debut sensacional frente a Rusia, un 4-1 con 'hat trick' del 'Guaje' Villa y otro tanto de un joven Cesc Fábregas. El equipo tuvo más problemas en el choque ante los aguerridos suecos y sólo un tanto en el descuento del '7'' asturiano le dio el primer puesto y la posibilidad de rotar ante la eliminada Grecia, a la que remontó con tantos de Rubén de la Red y Sergio García para un pleno esperanzador.
Se acabaron los fantasmas en cuartos
Sin embargo, el 'regalo' en cuartos tenía mucho 'veneno', la Italia que dos años antes había ganado su cuarta estrella, pero que, sin duda, fueron uno de los puntos de inflexión más destacables en la historia de la selección española.
La 'eterna maldición' de los penaltis y la ronda de cuartos, fueron disipados por completo con el tenso encuentro frente a Italia, que se saldó sin goles y envió el partido a decidirse desde los once metros, como ante Bélgica en México'86, Inglaterra en la Euro'96 o ante Corea del Sur en el Mundial de 2002, todos partidos de triste recuerdo.
Iker Casillas agrandó su leyenda, deteniendo dos penaltis decisivos a De Rossi y Di Natale, consiguiendo que el error de Güiza pasase desapercibido y permitiendo a Fábregas certificar el pase a semifinales para 'La Roja' engañando con tranquilidad al mito Buffon.
Exhibición de la Roja ante Rusia
En semifinales, España volvía a encontrarse con una selección rusa que había ido de menos a más en el torneo y que se presentaba mucho más peligrosa que durante el debut. La presión por estar rozando la final era un condicionante para ambos, aunque Rusia tenía claros síntomas de revancha y quería continuar con su rol de 'matagigantes' después de dejar fuera a Holanda en los cuartos de final.
Con Andrey Arshavin al frente, el combinado ruso puso las cosas muy complicadas durante la primera parte, dejando pocos espacios en defensa y provocando que España se sintiera bastante incómoda, con el añadido de perder además a Villa por lesión para el resto del torneo.
Pero la segunda parte fue otra historia. España controló y buscó el dominio sobre una selección rusa que era incapaz de repeler todas las acometidas de 'La Roja'.
El tanto de Xavi Hernández en el minuto 50 fue trascendental, modificando los esquemas de un rival que tuvo que arriesgar más y que no pudo detener a una España superior que le volvió a golear con los tantos de Dani Güiza y David Silva para alcanzar la final del Ernst Happel de Viena por la puerta grande.
El gol de Torres, para el recuerdo
Sin el 'Guaje', el seleccionador nacional varió el esquema en la final frente a Alemania para situar a Fernando Torres como único punta, y la jugada le salió bien. Después de un campeonato completo a todos los niveles, aportando al éxito colectivo, en un rendimiento intachable pero tapado por el buen hacer de David Villa, 'El Niño' obtendría la recompensa a su trabajo en la Eurocopa, convirtiéndose en el héroe de la final.
España mantuvo esa consistencia defensiva que le permitió no recibir ningún gol en contra a lo largo de la fase final y también blindó su puerta a unos alemanes que comenzaron con mucha fuerza y metiendo un 'miedo' que con el paso de los minutos dejó de serlo.
Primero, gracias a un remate de cabeza de Fernando Torres al palo y posteriormente con el tanto del Fuenlabreño. Un pase de Xavi Hernández fue perseguido sin descanso por el delantero del Liverpool y la mala compenetración entre Philipp Lahm y Jens Lehmann le permitió alcanzar finalmente el balón y picárselo por encima del guardameta para posarlo suavemente y con cierto suspense al fondo de la red.
La reacción posterior de los futbolistas españoles sorprendió incluso a los rivales. 'La Roja' quiso más y buscó con insistencia el segundo gol. Alemania no era capaz de ejercer el dominio habitual sobre una selección que no se conformaba con el 0-1, y la segunda parte vivió más momentos donde España podía sentenciar la final que ocasiones donde el partido se prolongase más allá de los noventa minutos.
El pitido final de Roberto Rossetti desató la euforia, quebró 44 años de espera y terminó por romper numerosos maleficios que rodeaban a la selección en cada gran torneo que afrontaba. La dinámica se había dado la vuelta en 2008, al igual que un estilo innovador y representativo, de toque, dominio sobre el rival y de espectáculo, impulsado por la sapiencia de Luis Aragonés, más 'Sabio de Hortaleza' que nunca y capaz de aguantar cuando más feroces eran las críticas.
La España del 'tiki-taka', como era conocida por la prensa, cogió carrerilla y se convirtió en una de las mejores selecciones de la historia del fútbol conquistando dos años después su primer Mundial y reeditando su trono continental en 2012, algo inédito hasta que lo logró la todavía considerada mejor generación de futbolistas española.