LIGA JORNADA 28 | ATLÉTICO 3-0 CELTA DE VIGO

Griezmann ilumina la victoria del Atlético ante el Celta en el Wanda Metropolitano

El Atlético de Madrid derrotó al Celta de Vigo en el Wanda Metropolitano en un partido en el que de nuevo Antoine Griezmann fue el gran protagonista. El francés, con un golazo y una asistencia tan solo al alcance de los genios, lideró el 3-0 de un equipo que, como de costumbre, fue una roca en defensa.

Muchos, en algún momento de nuestra vida, nos hemos preguntado si existe la magia. Si hay quienes son capaces de hacerla, si hay alguien capaz de hacer algo que haga que otros se pregunten cómo lo ha hecho. En el Wanda Metropolitano de nuevo esa pregunta ronda alguna que otra cabeza, pues lo que hizo y es capaz de hacer Antoine Griezmann no está al alcance de muchos, y hace que todos ellos que no saben o no pueden hacer lo que él hace se pregunten por qué. Tres a cero del Atlético al Celta. Tres a cero que tuvo en el galo a su principal protagonista.

Porque qué falta le hace este chico al Atleti. Que falta le hace este pequeño y rubio jugador francés con el 7 a la espalda. Con esa calidad y esa rebeldía suficiente como para desordenar el orden táctico y la disciplina de Simeone. Porque cuando al trabajo se le une el talento pasa lo que pasa. Y lo que pasa es que la consabida solidez rojiblanca se mezcla con la magia. Con la magia que pone el eléctrico galo.

Y es que a saber cómo sería este Atlético, y dónde estaría este Atlético, de no ser por él. A saber qué habría pasado mismamente hoy, ante el Celta, de no estar Griezmann defendiendo el escudo del oso y el madroño. Porque él fue quien marcó la diferencia. Quien hizo buena, quien hace buena, la solvencia defensiva de un equipo que atrás no concede y que arriba ya no es que mastique. Es que devora.

La primera parte la cambió él, o más bien cambió el partido por completo. Porque el 0-0 sobrevolaba el Wanda ante un Celta que con cada minuto que pasaba daba un paso más hacia adelante ante un Atlético que no encontraba el modo de hacer daño. Que lo buscaba, pero que no atinaba ante Rubén. Que se quedaba en el 'casi' cuando rondaba el arco celeste. Pero apareció él. Apareció Griezmann. Y apareció la magia.

Primero cuando, en un corner, fue capaz de bajar un balón y de dejar sentados a Jonny y a Rubén Blanco con una sangre fría propia de los grandes '9' de la historia. Con la derecha definió. Lo hizo justo antes del descanso, y tras él se quitó el disfraz de '9' para ponerse el de '10' y poner tal pase a Vitolo que habría sido sonrojante fallar para el canario. No lo hizo el 23, con una asistencia solo al alcance de unos pocos elegidos.

Partido sentenciado con 2-0, más sabiendo cómo se las gasta un Atlético que de nuevo atrás no concedió más que un remate al palo de Radoja justo antes del tanto de Vitolo. Con todo, quedaba otro más, el de Correa, que peleó y peleó en una muestra más del espíritu de Simeone en este Atleti. El argentino, con la derecha, cruzó ante Rubén para alegría del Wanda. Para alegría de la que a día de hoy sigue siendo la casa de Antoine Griezmann.

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