Ventaja para el Sevilla
Koundé rescata el traje 'maradoniano' del armario
El central del Sevilla realiza una jugada espectacular para anotar el primer tanto del encuentro ante el FC Barcelona. 2-0 en la eliminatoria para los de Lopetegui.
En el verano de 2019, el Sevilla dejó 25 millones de euros en las arcas del Girondins de Burdeos para hacerse con los servicios de Jules Koundé. Un defensa galo, jovencísimo, y con una proyección tremenda.
El tiempo le ha dado la razón al club hispalense y en particular a Monchi, director deportivo del club. Koundé ya es una estrella por lo que los grandes de Europa están dispuestos a desembolsar mucho más que aquellos 25 millones de euros.
Y es que Koundé no solo defiende, también taca. Y mucho. Lo demostró ante el FC Barcelona, en el partido de ida de las semifinales de la Copa de la Rey. Y no lo hizo de una manera cualquiera.
En la jugada del gol arranca desde el carril del '10', dejó atrás a Griezmann y Busquets, desnudó a Umtiti y superó a Ter Stegen con un disparo inapelable. Una jugada espectacular.
El Sevilla mantuvo el empate hasta ese momento gracias a la habilidad de su portero, Bono, con el pie. Con esta extremedidad evitó el tanto de Leo Messi después de un balón profundo de Griezmann. Después, al filo del descanso, Ter Stegen evitó el tanto del Papu Gómez.
En la segunda mitad el gran protagonista volvió a ser Bono, que evitó dos goles cantados. El primero a Messi, en ese disparo desde la frontal que lleva una década haciendo; el segundo un intento de Dembélé de gol olímpico.
La ley del ex
A falta de cinco minutos para la conclusión, el Sevilla dio un golpe encima de la mesa gracias al gol de Ivan Rakitc, ex del Barça, que no celebró su gol.
El croata se quedó solo ante Ter Stegen y definió a la perfección, mandando la pelota por la escuadra. El equipo de Julen Lopetegui sueña, pero la eliminatoria sigue más que abierta. El Barcelona, el próximo 3 de marzo, necesitará mínimo tres goles para pasar la eliminatoria. Un partido de vuelta que se prevé espectacular. Quizá no tanto como la ida, adornada por el traje 'maradoniano' de Koundé.