El Leganés sale vivo ante el Levante en un espeso partido en el Ciudad de Valencia

Levante y Leganés cerraron el año 2017 con un partido de fuerzas parejas, pero sin goles y apenas ocasiones para marcar, con un fútbol directo de los locales y un equipo madrileño que quiso jugar un poco más el balón. El partido solo varió con la expulsión de Amrabat (m.68) y dio paso a una fase de intenso dominio local, pero sin efectividad de cara a puerta.

El primer periodo empezó con un Levante dominador, hasta que el Leganés tomó el timón del juego, situación que mantuvo, aunque sin generar demasiado peligro hasta el descanso. En el segundo periodo, las fuerzas fueron parejas hasta la expulsión de Amrabat, que llegó cuando ambos dudaban entre si buscar el gol o preservar el punto que tenían.

El partido comenzó con un Levante muy enchufado, que supo crear problemas al Leganés a base de aproximaciones constantes y de cierto peligro, ya que el equipo local se mostró muy motivado a diferencia de la imagen ofrecida en casa en encuentros anteriores.

De esta forma, el equipo visitante tuvo problemas para armar su juego ofensivo, que se limitaba a las galopadas de Amrabat, pero sin inquietar la meta local. Solo lo hizo cuando, pasado el ecuador del primer periodo, el Levante bajó el pistón y el Leganés dispuso de alguna opción de gol a balón parado, en especial una que obligó a Oier a realizar una gran parada justo antes de que se anulara un gol al equipo de Asier Garitano por falta al portero o fuera de juego de Beauvue.

Poco a poco el Leganés se adueñó del encuentro ante un Levante que poco se parecía al de los primeros minutos, aunque en conjunto de José ramón López Muñiz reaccionó en los compases finales del primer periodo, pero sin ir más allá de quitarse de encima en control del rival, ya que no llegó a la meta de Cuéllar.

El Levante no concreta sus acercamientos finales

Salió más intenso el Leganés tras el descanso, sin dejar que el Levante se acercara y con mucha presencia en las inmediaciones del área local aunque sin poner en apuros a la defensa del equipo valenciano. El Levante tenía problemas para elaborar el juego y abusaba de los balones largos que no le daban resultado ante un rival ordenado en defensa.

Además, el partido estaba trabado y las faltas eran numerosas. Ambos equipos esperaban resolver el encuentro en una jugada aislada, pero, además, valoraban el punto que mediado el segundo periodo atesoraban, hasta que Amrabat vio dos tarjetas en seis minutos, la segunda por golpear en un salto a un rival y el partido entró en una fase distinta.

Muñiz dio entrada a Ivi y Nano para que su equipo fuera más profundo, puesto que con un hombre más el objetivo ya era decididamente buscar el triunfo. mientras que el Leganés se centró en defenderlo. A partir de ahí, intenso y estéril dominio del equipo valenciano ante un rival ordenado que supo defender el empate en inferioridad y lo consiguió.