1-2 en La Cerámica
La noche del resurgir de Saúl
El centrocampista del Atlético de Madrid da la victoria a los suyos ante el Villarreal con un disparo pegadito al palo cuando ya llegaba el final del encuentro.
Después de la eliminatoria contra el Inter en la que el Atlético de Madrid se clasificó para los cuartos de final de la Copa de Europa, Saúl dio la cara en redes sociales y reconoció que estaba pasando por un mal momento. "Es un momento de mierda para mí a nivel deportivo, y soy consciente… Acepto todas las críticas y no solo por el penalti de hoy sino por cómo estoy en estos momentos", escribió en aquel momento.
Ahora, dos semanas después, el centrocampista ha vivido su momento de reivindicarse. Marcó el tanto decisivo ante el Villarreal, ese que dio la victoria la victoria al Atleti para volver a la cuarta plaza que da opción a la Champions.
El Atleti, a la contra, fue una apisonadora. Sobre todo en el arranque. Siempre con Griezmann colocando los pases más determinantes. Dejó solo a Lino y Jorgensen evitó el tanto con el pie. Pero en la siguiente, en una jugada de estrategia de saque de esquina, se adelantaron los de Simeone.
Witsel acudió al primer palo y con un giro de cabeza milimétrico colocó la pelota en el otro lado de la portería. Imparable para el portero amarillo, que volvería a sacar una mano increíble para evitar el segundo de Roro Riquelme. Muy incisivos los visitantes, que pudieron marcharse al descanso con más goles en el zurrón.
El Villarreal fue de menos a más y logró hundir al Atleti en su campo. Gerard Moreno tuvo la más clara de los colores, con un disparo que se marchó por encima del larguero.
Y la alegría del Atleti duró muy poco después del paso por los vestuarios. Sorloth recibió la frontal del área y colocó la pelota cruzada ante la estirada de Jan Oblak. Catorce goles para el noruego en lo que va de temporada. Unos números sobresalientes.
Y con ese resultado finalizó el encuentro. Los dos equipos tuvieron llegadas para deshacer ese empate. Sobre todo un larguero de los rojiblancos en el tramo final. Y fue Saúl el encargado de romper esas tablas. Fue la noche para resurgir.