Continúa el lamentable baile de cifras
Qatar reconoce ahora "entre 400 y 500" trabajadores muertos por las obras del Mundial, lejos de los 6.500 de la prensa inglesa
Las autoridades cataríes afirman que aún no se conoce "el número exacto", pero que la cifra provisional ronda el medio millar. Aunque aseguran que solo 40 de esas muertes corresponderían a proyectos para levantar nuevos estadios.
El principal responsable del comité del Mundial de fútbol de Qatar, Hasán al Zauadi, ha admitido que entre 400 y 500 trabajadores migrantes han muerto en proyectos vinculados directa o indirectamente a la cita deportiva que se celebra estos días, la cifra más alta reconocida hasta ahora por las autoridades qataríes.
Un reciente informe del periódico británico 'The Guardian' estimaba en unos 6.500 la cifra de fallecidos en un país criticado en reiteradas ocasiones por la falta de derechos de los trabajadores extranjeros, víctimas en su mayoría de un sistema, la 'kafala', que les mantiene atados a su empleador.
Con motivo del inicio del Mundial, las autoridades de Qatar han puesto en duda la veracidad de esa cifra. Al Zauadi ha afirmado en declaraciones al periodista Piers Morgan, en Talk TV, que aunque aún no se sabe "el número exacto", la horquilla provisional ronda el medio millar.
Sin embargo, ha enfatizado que, dentro de este total, sólo 40 muertes corresponderían a proyectos para levantar nuevos estadios. Tres de los fallecimientos serían accidentes laborales directos y los 37 restantes corresponderían a migrantes que participaban en la construcción pero no perecieron por el trabajo, según la versión oficial.
Al Zauadi, la figura más visible de la organización y vinculado también al fútbol europeo, ha admitido que "tenía que haber mejoras" en el ámbito laboral y se está avanzando en este sentido. De hecho, ha esgrimido que esta mejoría deriva en gran medida del Mundial, que ha puesto ahora a Qatar bajo el foco del mundo.
"Estamos comprometidos con la transparencia", ha señalado este responsable, que considera que el evento puede haber sido un catalizador para lograr avances en el primer país árabe que alberga un Mundial de fútbol.