Pesadilla total para los Williams
Reinildo, el muro de Simeone y del Atlético en San Mamés
Reinildo Mandava fue la muralla del Atlético en La Catedral ante el Athletic. El mozambiqueño evitó toda acción de peligro de los vascos... y posiblemente los hermanos Williams tarden en dejar de pensar en él.
Van a soñar los Williams con Reinildo. Van a tener pesadillas, así de sencillo, con don Reinildo Mandava. El central, lateral o lo que sea que es el muro mozambiqueño del Atlético fue el MVP en San Mamés en un encuentro en el que los de Simeone ganaron con gol de Griezmann... pero en el que él fue el gran baluarte rojiblanco ante el Athletic.
No había manera de que pudieran superar al zurdo. Era, directamente, imposible. Fuera quien fuese, y aunque parecía que esa vez podría ser que sí, era que no. En anticipación, en velocidad... En todo, quien mandaba en el verde de San Mamés era Reinildo.
Las sacaba incluso bajo palos. Hasta llegó a ganarle un duelo en carrera a Iñaki Williams. Espectacular fue, también, cómo sacó un tiro que se colaba con Grbic ya prácticamente batido.
Con toda la cara. En un principio el colegiado señaló penalti, pero no. El brazo izquierdo de un Reinildo perfecto estaba donde debía estar y el cuero le golpeó en el rostro.
Era su día, y de nuevo fue vital sacando bajo palos un disparo que la afición del Athletic ya cantaba como gol. La mejor noticia para el Atlético es que cada vez sorprende menos el hecho de que Reinildo se marque un partidazo.
Porque este jugador que llegó en el pasado mercado de invierno de la Ligue 1, del Lille, es desde su puesta de largo un fijo para Simeone. Como tercer central, como lateral... da lo mismo. Reinildo se está ganando a pulso ser de los mejores del Atleti, y también de LaLiga.
Mientras él hacía su trabajo atrás, arriba fue Antoine Griezmann quien realizó el suyo. El galo puso con suavidad, con un disparo de derechas, el cuero en las mallas de Unai Simón tras una buena acción de Morata.
Tres puntos, con el 'debe' de Jan Oblak, lesionado, y de un Joao Félix que tuvo unos 20 minutos de los que disfrutó muy pocos. El motivo, un golpe en la espalda que le dejó sin poder ni siquiera correr.