Salto de altura
El ejemplo de deportividad de Tokio 2020: Barshim y Tamberi comparten la medalla de oro
Ambos atletas decidieron dejarlo en empate y subir a lo más alto del podio, donde han protagonizado una imagen preciosa poniéndose entre ellos las medallas de oro.
Se preparan durante cuatro años, cinco en este caso, para ser los mejores en lo que hacen. Llega el día de competición y con él la oportunidad que tanto esperan de quedar por encima de todos sus rivales. En el momento de la verdad, dan lo mejor que tienen y consiguen su mejor actuación, con la suerte o la desgracia de no poder superar a un único rival, por el simple hecho de que han completado la misma marca. Esta es la historia de Gianmarco Tamberi y Essa Barshim.
Podrían seguir compitiendo para ser el mejor, pero deciden que no, que no hace falta coronarse como único ganador. Se abrazan y deciden compartir un oro, algo que no se daba desde 1908, y que a la postre era el objetivo de ambos atletas al llegar a Tokio.
Vuelven a reencontrarse en lo más alto del podio para recibir ese metal tan deseado. Primero lo recibe uno, y en vez de colgárselo en su propio cuello se lo cuelga a su compañero como reconocimiento a su mérito. El otro hace lo mismo. Foto, felicidad y medalla compartida. Un momento emocionante, no solo para ellos, sino también para los espectadores.
Esta es la historia de un italiano y un qatarí que demostraron y exhibieron sus habilidades físicas y un toque de valores y deportividad por encima del resto. Con una marca de 2.37, y habiendo fallado sus 3 intentos de superar la marca de 2,39, Gianmarco Tamberi y Essa Barshim se conformaron con el empate y renunciaron a seguir saltando para romper la igualada.
Curiosamente, el tercer clasificado, Maksim Nedasekau, saltó también a la misma altura, pero cometió más fallos en los saltos previos, con lo que tuvo que conformarse con la medalla de bronce y ver una de las imágenes más bonitas de estos Juegos Olímpicos protagonizada por sus dos compañeros, tanto en la competición como en el podio.