Mike Tyson, cambio radical: de las drogas y la depresión a perder 45 kilos para volver al ring

Mike Tyson volverá a enfundarse los guantes para pelear en un combate de boxeo. El púgil, legendario púgil, regresa tras 15 años parado a sus 54 primaveras para pelear en el Staples Center de Los Ángeles contra Roy Jones Jr. Es el final de un camino en el que Tyson ha protagonizado uno de los más grandes cambios de la historia del deporte.

Porque el boxeador, sumido en las drogas y en una fuerte depresión hace no mucho, ha hecho lo que debía hacer para ponerse en forma y para perder hasta 45 kilos con el objetivo de pelear de nuevo.

"Tuve que perder 100 libras, y por esa razón en particular fue muy difícil", comentó un Tyson que la última vez que combatió tuvo que parar en el sexto round ante un desconocido Kevin McBride. Fue el 11 de junio de 2005.

Mucho ha llovido desde esa imagen, que fue la representación de una vida llena de excesos, de problemas con la justicia y de autodestrucción con las drogas como principal causa y culpable. Desde 1992, con una condena de seis años de cárcel por la violación de Desiree Washington, de 18 años, todo fue cuesta abajo y sin frenos.

Eso incluso sabiendo que en 1996 volvió a ganar el título Mundial ante el británico Frank Bruno, pero nada. En 1997, fue descalificado por arrancarle de un mordisco media oreja a Evander Holyfield, y a partir de ahí tan solo en estos últimos años ha regresado a la estabilidad.

Primero, un dieta hecha por y para volver al ring: "Solo como alces y bisontes. Así empiezo a ponerme en forma".

"Verduras, arándanos y demás, que son beneficiosas para otras personas, para mí ahora son veneno", dijo Tyson en un podcast con Joe Rogan.

Mike Tyson está de vuelta. Tras un camino largo, muy largo, en el que le hemos visto en el fondo para resurgir de nuevo en impactantes vídeos que fueron y son una demostración de que ha recuperado potencia y fuerza. La edad, como se suele decir, es solo un número.

Ante Roy Jones Jr. dicen que cobrará unos 10 millones de euros, pero gran parte de las ganancias irán destinadas a fines solidarios. La clave de todo es ver de nuevo a un campeón hacer lo que más le gustó y le gusta: boxear.

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