"Mi abuelo me pedía que lo dejara"
Los momentos más difíciles de Marc Márquez en MotoGP: "Ganaba y me ponía a llorar"
El ilerdense ha relatado todo el sufrimiento que pasó durante los dos años que ha corrido con el brazo lesionado.
Marc Márquez está teniendo un invierno tranquilo después de tres temporadas de calvario. Tras cuatro operaciones en su brazo derecho, parece estar al 100% y afronta un nuevo año en MotoGP... sin olvidarse del sufrimiento que ha vivido.
El '93' sufrió una caída en Jerez en 2020 que supuso el inicio de una odisea por su "mentalidad y ambición". Tras intentar volver demasiado pronto, tuvo que volver a operarse y empezó 2021 otra vez con dolor en su brazo.
Pese al dolor, Márquez fue capaz de ganar tres grandes premios esa temporada, algo que ni él mismo comprende como ha afirmado a la revista 'GQ': "Honestamente, no sé ni cómo hice para ganar tres carreras en 2021".
"Ganaba y me ponía a llorar. A mí lo que me sale cuando gano es festejar... pero entonces me salía al revés y era a causa del dolor que sufría constantemente en el brazo que no podía olvidar", relató el ilerdense.
El dolor fue a peor a inicios de 2022, también con una consecuente bajada en sus resultados: "Hay un momento de la temporada que desactivé mi cabeza. El dolor me cambiaba el carácter, ni siquiera sonreía. Voy a mis doctores y les digo 'aquí pasa algo, porque voy para atrás. Me machaco en el gimnasio y cada vez hay más dolores'. Ahí fue cuando me examinaron y vieron que había 34 grados de rotación en mi húmero".
Y le propusieron una nueva operación, en Estados Unidos, que le garantizaba recuperar la postura natural de su húmero. Eso sí, algún miembro de la familia le pidió que se retirase: "Mi abuelo era de los partidarios de que lo dejara. Me decía que ya tenía suficiente para vivir y le dije 'abuelo, te prometo que es la última operación, déjame probar porque me ofrecen una solución'".
En efecto, la operación (era la cuarta) fue un éxito. Se eliminó la rotación del húmero y solo la rehabilitación le alejaba de la vuelta a las pistas. Sin embargo, para evitar un nuevo error de precipitación, le dejó claro al doctor que solo le podía permitir entrenar si ya estaba totalmente recuperado.
"Me quedé mirando al doctor y le dije 'mira, yo soy un animal salvaje al que tienes dentro de una jaula. Cuando la abras voy a salir corriendo, así que ábrela sólo cuando me veas listo y no haya riesgo'. Se lo dije tal cual, él lo entendió y me dijo 'pues tres meses quieto'".
Así fue, recibió la autorización para volver a competir a finales de la temporada pasada y, pese a no obtener más que un podio, el dolor había desaparecido. Significaba el final de la peor época de la vida de Marc Márquez. Dos años de mucho sufrimiento a los que ya ha puesto fin.