Nakagami revela el problema de Honda en MotoGP: "La moto ha perdido el ADN"

Honda va última en el Mundial de Constructores de MotoGP. Sus pilotos coleccionan caídas y lesiones por doquier y la fábrica está en su punto más bajo desde que se incorporó al Mundial. Consciente de ello es el piloto del LCR Takaaki Nakagami.

El piloto japonés, en una charla con 'SpeedWeek', ha confesado todas los problemas que tiene ahora mismo Honda: "Sé que la única salida es seguir trabajando, pero las limitaciones de nuestra moto están ahí. Puedes cerrar los ojos para hacer una vuelta rápida, pero no puedes hacer toda una carrera así. En el momento que superas ese límite, terminas en la grava".

Además, Nakagami coincide con Stefan Bradl en que Honda se desvió de la buena dirección con la moto de 2022: "Empezamos a sufrir algunos fines de semana. La moto de 2021 fue bastante buena, pero la de 2022 supuso un cambio total de concepto".

"Esa moto era muy diferente a todos los niveles. La moto ha perdido el ADN Honda, así que tuve que cambiar mi estilo de pilotaje, volver a aprender a montar en moto. Cambió el agarre en la rueda trasera, la sensación de la frenada... Todo cambió", confesó el japonés.

Pese a que se perdió el rumbo con esa moto de 2022, el piloto del LCR confiesa que la primera impresión fue buena: "Tengo que reconocer que me gustó que la moto fuera diferente, pero cuando empezó la temporada... El mayor problema fue que no teníamos toda la experiencia que habíamos acumulado a lo largo de los años".

"Anteriormente usábamos los datos recopilados cuando nos perdíamos con la configuración durante un fin de semana y eso nos ayudó a volver a la normalidad. Sin embargo, eso era imposible en 2022 porque todo cambió y tuvimos que encontrar la solución nosotros mismos", añadió.

A partir de ese momento, Honda perdió el rumbo. Y como confiesa el propio Nakagami, cada piloto escogió un camino: "Los cuatro pilotos tenían chasis diferentes y siguieron diferentes estrategias de desarrollo. Cada jefe de equipo aplicó ideas diferentes. No podíamos copiar nada ni compartir ideas porque cada uno de los cuatro tenía las suyas".