El VRAC, campeón de la Copa del Rey de rugby tras ganar a El Salvador

El VRAC se alzó con la Copa del Rey de rugby al imponerse a su rival vallisoletano, El Salvador, por 16-20 en un partido de fuerzas parejas, pero en el que el buen inicio del equipo campeón fue clave para ganar el encuentro.

El Salvador despertó, niveló ya en el segundo tiempo un 0-13 en contra, pero la reacción final del VRAC le dio el título copero para relevar como campeón al Santboiana, que hace un año se proclamó campeón al ganar por 16-6 precisamente a El Salvador.

El VRAC entró con más intensidad que su rival en el partido y en la primera jugada consiguió ensayar por medio de Guille Mateu que transformó Griffiths, lo que unido a dos golpes de castigó transformado poco después por Griffiths pusieron el 0-10 en el marcador.

La ventaja de los queseros era sustancial para el poco tiempo que se llevaba disputado de partido, pero poco a El Salvador apareció sobre el césped del Ciutat de València con un juego cada vez más fluido lo que le permitió meterse en el partido con dos ensayos no transformado.

El primero de ello en una acción de la delantera que transformó Wozniak y que se confirmó como tal tras consulta arbitral y el segundo en una acción de potencia de Junior. Con las fuerzas parejas se llegó al descanso del encuentro sin que ninguno de los dos equipo hubiera impuesto su ley en los primeros cuarenta minutos.

Un golpe de castigo transformó por Katz en el tramo inicial de la reanudación devolvió la igualada en el marcador en un partido sin tregua con posibilidades para ambos conjuntos. Prueba de ello fue la réplica del Quesos con el ensayo de su capitán Gavidi, transformado nuevamente por Griffiths y el inmediato golpe de castigo con el que Katz acortó distancias al poder el 16-20 en el marcador.

Lo ajustado en el electrónico y la igualdad de fuerzas entre ambos equipos dieron una intensidad máxima al tramo final del encuentro, en el que aunque El Salvador llevó la iniciativa ante un VRAC obligado a defenderse y que se aplicó con consistencia en un tramo final en el que apenas dio opción a su rival.