La gasolina alcanza precios de 2019 coincidiendo con el fin de las restricciones a la movilidad

El pasado mes de abril, los precios de la gasolina y el diésel alcanzaron niveles propios de los meses previos al confinamiento, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística. En este sentido, el alza de lo que hay que pagar por llenar el depósito prácticamente no ha dejado de crecer desde noviembre de 2020, pero la cuestión radica en los valores: a día de hoy, el precio de la gasolina ha sido más alto que el de febrero del año pasado, incluso más alto que el de algunos valores de 2019.

Se trata de un ascenso que, ahora, coincide con la apertura de las fronteras de las comunidades autónomas. En este sentido, cabe tener en cuenta la tendencia que han experimentado tanto la gasolina como el diésel: en el caso del segundo, se trata de la primera vez que baja en 6 meses, mientras que el primero no ha dejado de subir desde dicho período, como se muestra en el siguiente gráfico.

Este ascenso de los precios también se muestra a la hora de comparar porcentajes absolutos. Para hacerse una idea del cambio, basta con comparar también los valores de abril de 2021 con los de 2020. En cuestión de un año, la gasolina ha subido en un 20,2%, mientras el diésel aumenta en un 16,5%.

Y estos valores, según recogen los datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea, corroboran lo que dice el INE. Por ejemplo, el 10 de mayo de este año, el precio del diésel estuvo en los 1,2 euros por litro; exactamente la misma cantidad que el pasado 22 de febrero de 2020, mes previo a la incursión del estado de alarma y los cierres.

También se notifica el ascenso en unidades, debido a que, si atendemos a los datos de 2021, el precio de la gasolina estaba en 1,3€, frente a los 1,2€ de enero. El diésel, más de lo mismo: 1,2 en mayo frente al 1,09 de enero.

Así, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, los combustibles líquidos, en general, forman parte de los productos que más suben en todo el IPC, con un 31,4% de aumento. De hecho, solo hay una cosa que ha subido todavía más que estos combustibles: la electricidad, cuyos valores se han disparado en un 31,4%, apunta la entidad.