NUEVO FRENTE JUDICIAL PARA LAS ENTIDADES BANCARIAS
La Justicia sentencia: "Los gastos de la hipoteca debe pagarlos el banco"
Los jueces están obligando a los bancos a devolver el dinero derivado de los gastos hipotecarios. Desde que hace un año el Supremo condenara a una entidad a asumir los 3.000 euros de media que cuestan la notaría, el registro y los impuestos de actos jurídicos documentados, cada vez son más los juzgados españoles que dan la razón a los hipotecados.
Se abre la puerta para que siete millones de hipotecados recuperan todo o, al menos, la mitad de lo gastado en la firma de una hipoteca que tradicionalmente solo asume el cliente.
"Esta sentencia va a beneficiar a todos los españoles con hipoteca", afirma el abogado Carles Pastor.
Si la una hipoteca es de 150.000 euros, hay que pagar los 425 euros del notario, la inscripción en el registro, unos 122 euros, y los impuestos por actos jurídicos, de 2.550 euros. En total, unos 3.100 euros que ahora podemos exigir a los bancos que nos reintegren aportando varios documentos.
Raúl Ochoa, socio director de 'Ochoa-Marco y Asociados', explica que "se deben entregar las facturas del notario, las del registro y el pago de impuestos".
Algunas voces del sector financiero aseguran que tendrá un impacto de 1.500 millones de euros para los bancos, que por ahora enfrían la posibilidad de una devolución generalizada. José Luis Martínez Campuzano, portavoz de la 'Asociación Española de Banca', destaca que "hoy por hoy son casos aislados" y que "depende de cada contrato en particular".
Una nueva victoria para los consumidores, gracias al empuje de los jueces, que se han situado a la cabeza, adelantado a los políticos. Garbiñe Biurrun, magistrada del TSJ del País Vasco, afirma que "el legislativo ha sido torpe a la hora de adaptar la legislación de la Unión Europea". Un nuevo tanto que anotar, tras las clausulas suelo, los interinos o los desahucios.
Por primera vez en su historia
Volkswagen planea cerrar tres fábricas en Alemania y recortar miles de empleos
Volkswagen planea cerrar tres fábricas en Alemania, decenas de miles de despidos y bajadas de sueldo de un 10% a toda la plantilla. Será la primera vez, en 87 años de historia, que Volkswagen cierre fábricas en su país de origen.