Posible guerra comercial
¿Qué efectos tendría para la economía española la imposición de aranceles a los coches eléctricos chinos?
La Comisión Europea decidirá en los próximos días si convierte en permanente la medida provisional adoptada en julio de gravar la importación de vehículos eléctricos procedentes de China.
Este viernes, los gobiernos europeos han votado sobre la posibilidad de establecer aranceles a los coches eléctricos importados de China, pero la falta de consenso para formar una mayoría tanto a favor como en contra devolverá la potestad a la Comisión Europea, que en los próximos días tomará la decisión definitiva. En caso de aprobarse, se harán permanentes las tarifas que la UE impone de manera provisional a este tipo de vehículos desde el pasado mes de julio.
Solo cinco países han votado en contra de la propuesta de Bruselas de hacer permanente los gravámenes, entre ellos Alemania, que teme las consecuencias de una guerra comercial con Pekín. Además, España y otros once países se han abstenido, mientras que otros diez han votado a favor.
China no ha tardado en responder, asegurando que "las prácticas proteccionistas de la UE violan gravemente las normas de la Organización Mundial del Comercio e interfieren con el orden comercial normal". El ministro de economía, Carlos Cuerpo, ha intentado rebajar la tensión asegurando que trabajará para "evitar una escalada de medidas que podrían ser perjudiciales para todos".
Los grandes fabricantes europeos se han opuesto a la medida, algo que también podría afectar a las exportaciones españolas, incluso en otros sectores, sobre todo el alimentario.
No obstante, los expertos creen que Europa no debe temer a los aranceles que pueda imponer China como respuesta. "Para China, un arancel del 25% no compensa plenamente el efecto de las ayudas de Estado para abaratar el precio de los vehículos eléctricos que exporte", asegura Emilio González, profesor de Negocios Internacionales en la Universidad de Nebrija.