Pide completar la transición energética
Teresa Ribera abre la puerta a una "actualización" en el impuesto a los beneficios de las energéticas
Aunque no parece que el impuesto vaya a desaparecer, la vicepresidenta y ministra plantea esta posibilidad porque la inversión del sector es imprescindible para alcanzar los objetivos climáticos. Hacienda ya ha recaudado 1.600 millones, cantidad que prevén duplicar.
¿Vienen cambios en el impuesto a los beneficios extraordinarios de las grandes energéticas? La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha hablado de una posible "actualización" en esta medida "si sigue habiendo beneficios extraordinarios".
Ribera habla de estos cambios en un escenario en el que la inversión de este sector es imprescindible para alcanzar los objetivos energéticos. La vicepresidenta y ministra defiende que "cuanto antes logremos hacer la transición energética", antes se podrán alcanzar unos precios de la energía "más estables".
Para alcanzar estos objetivos, la inversión tiene que crecer mucho hasta 2030, según José Bogas, consejero delegado de Endesa, que añade que si hubiera normalidad fiscal su compañía podría invertir más de 3.000 millones más. Sobre el impuesto a los beneficios extraordinarios, considera que "drena recursos" de las empresas: "Necesitamos una energía competitiva para el cliente y rentable para el inversor".
Todo mientras Repsol amaga con llevarse parte de sus inversiones fuera de España, ante los "costes a los que el Gobierno somete a sus empresas", lo cual les coloca, dice, en "una clara desventaja competitiva", en palabras de su presidente, Antonio Brufau. Lo que no está encima de la mesa es eliminar esta medida, ya que en el pacto de Gobierno entre PSOE y Sumar se habla de una revisión del impuesto con el objetivo de mantenerlo.
Hacienda ya ha recaudado 1.600 millones con este impuesto, cantidad que prevé que se pueda duplicar. En el camino aparece la Comisión Europea como posible escollo, que cuestiona que sigan existiendo esos beneficios extraordinarios.
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El dato Desde el año 2007, la inflación ha subido casi un 40%, mientras que los salarios apenas se han incrementado un 25%. En ese año, el precio por litro de gasolina apenas superaba el euro.