II Jornadas de Meteorología, Turismo y Medios

Rigor y divulgación frente al cambio climático: los retos de la meteorología en tiempos de bulos y 'fake news'

Los expertos abordaron en las Jornadas de Meteorología, Turismo y Medios los retos de la información meteorológica actual. Unas jornadas pasadas por agua con énfasis en la necesidad de cambiar cómo consumimos y adaptar nuestras ciudades al clima que viene.

La borrasca Mónica de gran impacto no se olvidó del sureste peninsular, precisamente una de las zonas de la península que mayor sequía arrastra en los últimos 12 meses. Las borrascas atlánticas y los vientos del oeste han provocado que en esta región geográfica no llueva apenas, pero el pasado fin de semana volvieron allí la lluvia, el viento y las olas.

Así, como si los meteorólogos llevásemos la lluvia o la nieve allá donde vamos, durante las II Jornadas de Meteorología, Turismo y Medios de Benidorm llovió sábado y domingo, en una ciudad en la que el 96% del agua que cae se reutiliza. De media en Europa, por cada 100 gotas de agua que caen 40 no se usan y se pierden, pero Benidorm solo pierde cuatro de cada 100 gotas. Además, cada gota se usa hasta cinco veces: para consumo humano, agricultura, riego de parques y jardines y, por último, limpieza de la ciudad. Es por eso la ciudad de Europa donde mejor se gestiona el agua y es referente a nivel mundial.

El sábado cayeron en Benidorm 1,6 litros por metro cuadrado (l/m2) y fue el tercer día más lluvioso desde octubre, cuando empezó el año hidrológico. En total, en la ciudad solo han caído desde el 1 de octubre (año hidrológico) 19 l/m2, algo casi irrisorio comparado con los casi 100 en las comarcas catalanas de la Selva y Osona ese mismo día. Zonas donde están en fase 1 de emergencia por sequía y que, gracias a la borrasca Mónica, vivieron el día más lluvioso de los últimos seis meses y, en algunos casos, desde la borrasca Gloria hace ya cuatro años. Han pasado de nada a todo, pero en la provincia de Alicante en general la lluvia pasó de refilón.

Además de las condiciones meteorológicas adversas, nos encontramos con un grupo de geógrafos, físicos, divulgadores, periodistas especializados y representantes del turismo y la hostelería en tres mesas redondas para rastrear la actualidad meteorológica y del cambio climático. Con tres propuestas principales, la primera era debatir sobre en qué momento nos encontramos entre las previsiones meteorológicas y la comunicación a través de los medios. La segunda cuestión que se abordó fueron los bulos y 'fake news' y el 'clickbait' en los medios de comunicación. Finalmente, la tercera fue la sostenibilidad con el medio ambiente, en unas segundas jornadas anuales organizadas por Antonio Pardo ('La 8 Mediterráneo').

Una de las principales conclusiones fue que el rigor científico debe seguir siendo la herramienta para llegar a todas las personas que quieran entender el cambio climático en el que estamos inmersos, pero siempre con un lenguaje fácil y sencillo. Y es que no sirve divulgar difícil si solo lo entienden unos pocos, especialmente cuando estamos en un punto de inflexión en el que, además de la complejidad de sacar a diario información meteorológica de calidad, debemos coexistir en las redes con bulos y mentiras con las que tenemos que lidiar.

La necesidad de conseguir más visualizaciones a través de 'likes' o un 'click' en las noticias lleva en algunos casos a utilizar erróneamente expresiones meteorológicas o emplear organismos públicos como la Aemet de cebo para atraer a más público. Cierto es que también encontramos titulares y noticias atractivas que son acertadas y no tergiversan, pero el ruido cada día es mayor, sobre todo en momentos de eventos meteorológicos potentes o extremos que activan la curiosidad ciudadana y provocan un consumo en redes más masivo y en muchos casos erróneo.

El gasto inmenso de la palabra 'sostenibilidad' en los últimos años ha llevado a muchos de los presentes en las jornadas a no querer casi ni nombrarla, pero al final es la palabra necesaria en el contexto adecuado. Para muchos, una de sus patas es el decrecimiento de las sociedades a corto plazo, aprender a desaprender y aceptar que no podemos seguir consumiendo a este ritmo, así como la adaptación en este país mayoritariamente mediterráneo de las ciudades al clima que viene: un clima de extremos donde las ciudades deben tener parques y jardines con especies que resistan las sequías y que den sombra, así como mantener un parque arbóreo de calidad, sano y con remplazo generacional para que haya una buena absorción del CO2, uno de los principales gases de efecto invernadero que emitimos con coches, industrias y aviones, entre otros.

No podemos seguir basando el desarrollo en el cemento sin sombras y sin verde: más días de calor en las ciudades significa más contaminación que afecta a la salud y más calentamiento de las urbes, los aires acondicionados, la sequedad por falta de humedad y en general por el 'efecto isla' de calor. Cada vez hay más estudios sobre las enfermedades ligadas a la contaminación en las ciudades por el aire que respiramos.

Aunque faltaban muchos profesionales de la meteorología y la divulgación, fuimos un grupo muy heterogéneo y profesional y arreglamos el mundo, aunque esto al volver a casa parezca imposible. Así, han estado presentes Susana Bayo, investigadora en INESC-TEC y meteoróloga de 'Telemiño'; Regina Monsalve, secretaria general del pleno agricultura ecológica CV; Juanjo Villena, de Meteored; Rubén del Campo, de AEMET; junto a José Ángel Núñez de AEMET Valencia; Charo Barroso, periodista ambiental; Maite García, secretaria general de HOSBEC; Enrique Moltó, geógrafo de la Universidad de Alicante; Francis Benito, periodista especializado en turismo; David Arango, de 'Radio Televisión Pública de Asturias'; Carlos Macías, de 'Televisión de Castilla-La Mancha'; Gemma Puig, de 'TV3'; Jaime Güemes, director del Jardín Botánico de la Universidad de Valencia; así como el departamento de Meteorología de laSexta con Joanna Ivars.

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