Así está la situación del conflicto
100 días de guerra sin visos de acabar: Rusia controla una quinta parte de Ucrania mientras su invasión deja miles de muertos
Se cumplen 100 días desde que Putin lanzó la invasión de Ucrania sin que la guerra dé señales de acercarse a su fin y mientras la ofensiva rusa se concentra en el Donbás.
La guerra en Ucrania cumple 100 días. Desde que Vladímir Putin ordenó la invasión del país vecino la madrugada del 24 de febrero, Moscú ha logrado controlar en torno al 20% del territorio ucraniano, dejando más de 4.000 civiles muertos y cerca de 5.000 heridos a su paso, mientras la cifra de refugiados que han tenido que abandonar el país roza los siete millones, según datos de la ONU.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, reconocía la víspera del infausto aniversario que las tropas rusas han tomado hasta la fecha una quinta parte del país, en un momento en que la ofensiva se centra en el este, con el ejército del Kremlin estrechando el cerco en el Donbás y el foco puesto en la ciudad de Severodonetsk.
Una situación a la que se ha llegado tras varios cambios en la estrategia militar de Putin, que inicialmente preveía una ofensiva relámpago para ocupar todo el país y deponer a Zelenski y ahora se ha visto obligado a intensificar los esfuerzos bélicos en zonas concretas para capturar ciudad por ciudad.
Cambios en la estrategia de Putin
Desde que Moscú lanzó la invasión, que preveía corta y ya enfila su cuarto mes, Ucrania derrotó a Rusia en la batalla por Kiev, que las fuerzas rusas fueron incapaces de tomar.
Según recoge este viernes el balance de la Inteligencia británica de estos 100 días de guerra, la resistencia ucraniana y el fracaso a la hora hacerse con el aeropuerto de Hostomel en las primeras 24 horas llevaron a que la ofensiva rusa fuera repelida en la zona.
Ante el fracaso del plan inicial, Moscú optó por centrarse en el Donbás, donde se encuentran las autoproclamadas repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, cuya independencia reconoció Rusia tan solo unos días antes de lanzar su invasión.
Allí, según el Ministerio de Defensa de Reino Unido, Putin sí está logrando victorias tácticas: su ejército controla más del 90% del óblast de Lugansk, donde se encuentra la asediada Severodonetsk, prácticamente en manos del ejército invasor, y se prevé que se haga con toda la región en las próximas semanas. No obstante, el informe concluye que Rusia no ha cumplido ninguno de los objetivos estratégicos de su plan original.
Sin embargo, Ucrania cree que Putin no ha renunciado a hacerse con Kiev y que su captura es uno de los objetivos prioritarios del ejército ruso, según aseguraba este jueves el jefe del Estado Mayor de la administración militar de la ciudad, Serhiy Korniychuk. La concentración de la ofensiva rusa en el Donbás, advirtió, no quiere decir que Moscú haya abandonado la meta de tomar la capital ucraniana.
Además de la fracasada ofensiva contra Kiev, donde la retirada de las tropas rusas descubrió auténticas masacres perpetradas en la región, en lugares como Bucha, otro momento clave de la guerra ha sido el asedio ruso de la ciudad portuaria de Mariúpol y la acería de Azovstal, que finalmente caían este mes de mayo en manos de los rusos, tras semanas de resistencia.
Más cerca de la OTAN y la UE
En el plano internacional, Europa y Estados Unidos se han volcado con Ucrania: las muestras más recientes de ese apoyo han llegado esta misma semana con el anuncio de un sexto paquete de sancionesde la Unión Europea contra Moscú, que incluye un embargo parcial al petróleo ruso, y un nuevo envío armamentístico por parte del país norteamericano con sistemas de misiles avanzados.
Además, la OTAN podría ver duplicada su frontera común si se culmina el ingreso de Suecia y Finlandia en la Alianza por el temor a las acciones de Moscú, una ampliación, consecuencia de la invasión, que Putin precisamente dijo querer evitar al iniciarla.
El conflicto, entretanto, no da visos de llegar a su fin y precisamente este jueves, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, apuntaba que hay que estar preparados para una "larga guerra de desgaste" que solo puede acabar, a su juicio, en una mesa de negociación.