Último fiasco de Bin Salman
Ni 170 kilómetros ni nueve millones de personas: la obsesión del príncipe heredero de Arabia Saudí por la que tendrá que esperar unos años más
Bin Salman se obsesionó con un proyecto que aseguraba ser "una revolución de la civilización" en el que se contemplabala construcción una ciudad en pleno desierto, pero ni la superficie ni su capacidad habitacional cumple por el momento con las pretensiones del monarca.
Desde Arabia Saudí lo vendieron como la ciudad del futuro y "una revolución de la civilización". Se trata de una enorme mole de más de 170 kilómetros de largo en la que iban a vivir 9 millones de personas. Se está levantando en mitad del desierto del país, pero las cifras proyectadas no se corresponden con la realidad. Sí, el último fiasco de estas mega construcciones.
El país árabe quiere transformar kilómetros y kilómetros de desierto en una ciudad vertical en línea que parece sacada de un videojuego con más de 400 metros de altura y 170 kilómetrosde longitud, tal y como se observa en las recreaciones que aparecen en las imágenes que acompañan estas líneas.
La idea es tener todo tipo de servicios en un mismo espacio, como jardines, comercios, viviendas de lujo a ambos lados de la línea e incluso un puerto deportivo para los barcos que vengan procedentes del Mar Rojo. Sin embargo, el proyecto ha chocado contra la realidad de los plazos de la construcción. Lo cierto es que para 2030 solo se podrán levantar unos 2,5 kilómetros de estructura y albergar menos de 300 mil personas.
El arquitecto Mark Fenwick, ha explicado que "por ejemplo en Madrid, el distrito Chamartín Norte, llevamos casi quince años con el desarrollo urbanístico". De esta forme considera que "el desarrollo de un proyecto de esta envergadura requiere tiempo y responsabilidad".
Para que se hagan una idea, es más o menos la distancia que une Madrid con Valladolid. Cada arquitecto lleva a cabo un trozo de este megaproyecto para luego encajarlos entre sí. Y todo ello en un terreno complicado. "Esto es como hacer una autovía. Una autovía de 170 kilómetros a veces atraviesa topografías dificultosas pero técnicamente es viable", sostiene Fenwick.
Se trata de la gran obsesión del príncipe heredero Mohamed Bin Salman, por la que que de momento tendrá que esperar, al menos, algunos años más para que sea una realidad en línea con las capacidades previstas en el proyecto.