Escapar del gobierno de Hamás
Activistas gazatíes proponen crear, con ayuda de Estados Unidos, un barrio aislado en la Franja de Gaza
El proyecto busca liberar a residentes de Gaza del control de Hamás y de los conflictos militares, con apoyo de la comunidad internacional, como se hizo con la región autónoma kurda en Siria y la independencia del sur de Yemen.
Este jueves en Madrid, activistas gazatíes respaldados por la ONG estadounidense 'Center for Peace Communications' han presentado una propuesta: la creación de un barrio aislado en la Franja de Gaza. Este enclave, según han explicado Joseph Braude y Ahed al-Hindi en una reunión con diputados del Partido Popular, estaría dirigido por activistas políticos y defensores de derechos humanos, buscando escapar del gobierno de Hamás y de los recurrentes bombardeos israelíes.
En un hotel cercano al Congreso de los Diputados, Braude y Al-Hindi han detallado que la región utópica inicialmente albergaría a aproximadamente diez mil personas, protegidas de interferencias políticas y militares. "No es una quimera", han asegurado, citando el respaldo de cientos de activistas preparados para liderar el proyecto, incluyendo profesores, ingenieros y personal de seguridad interna.
La iniciativa, aun en fase embrionaria, según Braude, depende crucialmente del respaldo de Estados Unidos y el apoyo de Israel, quienes aún no han rechazado la idea. Evitando vincular su propuesta con los planes israelíes postconflicto, los activistas han argumentado que su similitud podría facilitar un eventual respaldo por parte de Israel.
Al-Hindi ha comprado la propuesta con casos exitosos como la región autónoma kurda en Siria y la independencia del sur de Yemen, sosteniendo que su proyecto podría seguir estos ejemplos. Además de activistas, el proyecto cuenta con el apoyo de 150 profesores, periodistas y cinco jeques dispuestos a desafiar los principios ultraconservadores de Hamás.
Sin embargo, admiten que sin apoyo económico, político y militar, su utopía es inalcanzable. Por ello, han llevado su historia a varios países, incluyendo Italia, Alemania, Canadá y Estados Unidos, con la esperanza de encontrar aliados dispuestos a escuchar las voces de los activistas y hacer realidad la utopía de una Gaza diferente.