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Guerra en Ucrania

Sin agua, luz ni gas: las consecuencias de una semana de asedio de las tropas rusas en Mariúpol

Desde hace más de siete días, los ciudadanos de Mariúpol sobreviven ante la barbarie. Sin agua, luz y apenas comida, se refugian de las bombas en búnkeres improvisados mientras sufren las consecuencias de la pobreza extrema.

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La guerra se ceba con Mariúpol. Su ubicación estratégica, a orillas del Mar Azov, la convirtieron en una 'diana' para el Kremlin desde el inicio de la invasión el pasado 24 de febrero. Tras más de una semana de asedio, los residentes de Mariúpol comienzan a sufrir las consecuencias de la cara oculta de la guerra.

El hambre, la sed, el frío y el miedo son ahora los estados más frecuentes en una población que tiene cortado el suministro eléctrico y de gas desde hace más de siete días. De hecho, el presidente Zelenski ya ha notificado la primera muerte de un niño por deshidratación.

"En Mariúpol, por primera vez en decenas de años, probablemente por primera vez desde la invasión nazi, un niño ha muerto por deshidratación", aseveraba el presidente. "Escúchenme: hoy ha muerto un niño por deshidratación. En 2022", insistía en un mensaje a la población ucraniana.

El bloqueo de las tropas rusas a la ciudad se produjo hace ya más de una semana. Desde entonces, nadie podía salir ni entrar. Los bombardeos han acabado con la vida de incontables civiles y a las pérdidas por los misiles hay que sumar las consecuencias de la pobreza extrema que está causando el conflicto. Las reservas de comida se agotan y los ucranianos están completamente incomunicados.

Sin embargo, hoy mismo podría cambiar la situación para algunos de los residentes. La viceprimera ministra de Ucrania, Iryna Vereshchuk, ha informado del acuerdo con Rusia para abrir seis corredores humanitarios este miércoles.

Entre estos 'pasillos humanitarios' se encontraría una ruta para evacuar a la población de Mariúpol, después de que el último intento quedara frustrado debido a, según denunció Cruz Roja Internacional, que el camino por el que debían pasar los ucranianos de Mariúpol "estaba minado".

La periodista Margaryta Yakovenko explicó este mismo martes en Al Rojo Vivocuál es la situación de la ciudad, ya que su familia reside allí y desde hace más de una semana las únicas noticias que tiene son aquellas que les proporciona Médicos sin Fronteras sobre la zona: "No sabemos si su casa está en pie, si han podido huir... pero si no han podido cargar el móvil es porque no tienen luz".

Mariúpol aporta más del 5% al PIB de Ucrania, dada la gran industria metalúrgica instalada e n la ciudad. Se trata, además, de la última gran ciudad antes de las frontera 'separatista' del Dontesk.

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