La población, al límite
"Apocalipsis" en Mariúpol: miles de civiles, rehenes de la barbarie de Rusia sin un corredor humanitario para huir
Mariúpol vive su séptimo día de asedio desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania. Miles de civiles se juegan la vida para intentar salir de la ciudad. Hoy se va a intentar de nuevo abrir un corredor humanitario seguro.
"Apocalipsis". Es la palabra con la que las autoridades locales y Cruz Roja Internacional están definiendo la situación que vive Mariúpol desde que comenzó el asedio ruso. Se cumple una semana de bombardeos incesantes en esta ciudad estratégica. Tras 15 días de guerra y con la ciudad sin agua ni electricidad, el Gobierno ucraniano ha anunciado hoy que van a intentar abrir con éxito un nuevo corredor humanitario. Hasta ahora, ninguno de los seis intentos anteriores ha tenido éxito.
En el sur del país esta ciudad portuaria resiste a duras penas. Los residentes han estado resistiendo bajo el fuego, sin comida ni medicamentos. Una ciudad de más 400.000 habitantes que es clave para Putin por su posición estratégica. Ninguno de los intentos de organizar un alto el fuego local y una salida segura han prosperado.
El Ministerio de Defensa de Rusia dijo que abriría corredores humanitarios desde Kiev, Sumy, Kharkiv, Mariúpol y Chernihiv. Sin embargo, según el presidente ucraniano, ni un solo civil había podido salir de Mariúpol el jueves, un día después del ataque al hospital que dejó tres muertos.
Mientras, Rusia culpa a Ucrania por el colapso de los corredores humanitarios y niega haber atacado a civiles. Moscú llama a sus acciones en Ucrania una "operación especial" para desarmar a Ucrania y derrocar a los líderes que llama neonazis. Por si parte, Washington ha calificado los ataques a civiles en Mariupol de crimen de guerra.
Mariúpol aporta más del 5% al PIB de Ucrania, dada la gran industria metalúrgica instalada e n la ciudad. Se trata, además, de la última gran ciudad antes de las frontera 'separatista' del Donestk.
Un misil contra un hospital materno infantil
"Es la prueba final del genocidio", destacaba el presidente ucraniano hace unos días tras el bombardeo de un hospital materno infantil en Mariúpol. "¿Qué clase de país es este? Rusia, que tiene miedo de hospitales, tiene miedo de los hospitales de maternidad y los destruye? Bombardear el hospital de maternidad es la prueba final, la prueba de que se está produciendo un genocidio de ucranianos. ¡Europeos! No pueden decir que no vieron lo que les sucedió a los ucranianos en Mariúpol", decía Zelenski.
Un asedio sobre la ciudad que ya dura una semana y que deja imágenes del horror. Cuerpos de civiles por la calle y calles totalmente devastadas.