Crisis humanitaria y política
Bielorrusia amenaza con cortar el suministro de gas a Europa si hay nuevas sanciones por la crisis humanitaria
El presidente bielorruso ha amenazado con cortar el suministro de gas a Europa si reciben nuevas sanciones por parte de Bruselas. Los refugiados atrapados en la frontera no pueden resistir a temperaturas bajo cero. En las últimas horas han muerto dos migrantes.
El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, ha amenazado con cortar el tránsito de gas hacia los países de la Unión Europea en caso de que el bloque anuncie nuevas sanciones, al tiempo que ha ordenado supervisar los "movimientos de tropas" de la OTAN y Polonia en la frontera.
"Proporcionamos calefacción a Europa y aún así nos amenazan con cerrar la frontera. ¿Y si cerramos el paso de gas natural?", se ha preguntado el mandatario, quien ha recomendado a las autoridades de Polonia, Lituania "y otros tontos" que " piensen antes de hablar".
"El Ministerio de Exteriores debe advertir a todos en Europa. Si aplican nuevas sanciones contra nosotros, debemos responder", ha manifestado Lukashenko. "Han empezado a asustarnos con el quinto paquete (de sanciones)", ha dicho, antes de pedir al primer ministro, Roman Golovchenko, que "no se perdone nada" a la UE.
De llevar a la práctica sus amenazas podría derivar en una crisis energética -sumada a la humanitaria- teniendo en cuenta los máximos históricos en los que ahora mismo se encuentra el mercado europeo del gas.
En plena escalada de tensión en la frontera Bielorrusia está reforzando la defensa aérea en la zona e incluso ha confirmado que dos bombarderos rusos han realizado ejercicios de entrenamiento.
Y en medio de todo, los migrantes utilizados por el país, que una noche más han intentado cruzar a Polonia. La Guardia Fronteriza ha registrado 468 intentos en las últimas 24 horas y han emitido 42 órdenes de expulsión.
Movidos por la desesperación y sometidos a condiciones extremas, su lucha para llegar a Europa no cesa. Una situación dramática que se está cobrando vidas. Medios polacos apuntan a que han muerto al menos 7 personas. Su día a día pasa por sobrevivir a las gélidas temperaturas que azotan en la zona, muchos están enfermos, y sólo cuentan con la única ayuda de la comida y el agua que les proporciona la Cruz Roja.
De lo que el gobierno bielorruso les prometió para traerlos hasta aquí, nada tiene que ver con el presente que están viviendo. Su futuro o qué pasará con ellos, aún está por determinar.