CONMOCIÓN EN EL PAÍS TRAS LA MASACRE
Brasil captura a 54 presos fugados durante las brutales reyertas en varias prisiones, pero 130 siguen huidos
Continúa el dispositivo de búsqueda para dar con los presos que lograron salir de diferentes cárceles de Brasil aprovechando varias reyertas. Lo ocurrido ha hecho saltar las alarmas sobre el sistema penitenciario en el país. Un total de 56 reos han muerto debido al enfrentamiento entre bandas de crimen organizado.
El Comité de Gestión de Crisis del Sistema de Seguridad Pública del estado brasileño de Amazonas ha informado de que un total de 54 presos han sido recapturados, después de que una oleada de reclusos lograra huir de varias prisiones de Manaos, escenario de una sangrienta jornada que se saldó con 60 muertos.
No obstante, aún quedan 130 reclusos huidos de los que se desconoce su paradero. Las fugas tuvieron lugar en dos centros penitenciarios de Manaos. El primero tuvo lugar en el Instituto Penal Antônio Trindade, instalaciones en las que tuvo lugar un motín del que, el lunes, se ofreció poca información. Este martes las autoridades han confirmado que 72 presos lograron escapar de la prisión. Horas después, el complejo penitenciario Anísio Jobim (COMPAJ) fue escenario de una nueva reyerta, que comenzó a última hora del domingo con enfrentamientos entre miembros de la Familia del Norte y el Primer Comando de la Capital, dos facciones rivales y acabó con 56 muertos y más de 100 fugados, tal y como recoge el portal G1 del Grupo Globo.
Por otro lado, la unidad penitenciaria de Puraquenara también ha vivido una jornada intensa, que ha acabado con el hallazgo de cuatro presos muertos, que elevan el balance de muertos a 60. El ministro regional ha reclamado medidas al Gobierno federal porque se trata de una crisis "a nivel nacional", recordando otros altercados recientes en prisiones de todo el país. "Debemos enfrentar juntos esta situación", ha sostenido.
También el secretario general de la Unión de Naciones Sudamericanas, Ernesto Samper, ha hecho un llamamiento para que el Gobierno de Brasil lleve a cabo algún tipo de reforma penitenciaria para evitar que este tipo de sucesos se repitan