NO EXISTE UN PROTOCOLO
¿Cómo afectará el coronavirus a las elecciones en el País Vasco y en Galicia?
A menos de un mes de las elecciones en Euskadi y en Galicia y en plena crisis por el brote de coronavirus, nos preguntamos si es seguro celebrarlas y qué va a pasar. ¿Qué medidas preventivas habría que tomar? ¿El resultado podría verse alterado por una posible abstención del votante de más edad?
¿Las estampas que dejan las elecciones suponen un trampolín perfecto para la propagación del coronavirus? En esas citas electorales se producen aglomeraciones de gente, colas que obligan a pasar tiempo pegados unos con otros y muchas personas de todas las edades concentradas en una misma sala.
Todo aquel que tenga menos de 70 años es susceptible de ser llamado a ocupar una mesa de las elecciones que se celebrarán en el País Vasco y Galicia el próximo 5 de abril.
laSexta se ha puesto en contacto con el catedrático de la Universidad de Zaragoza Juan José Badiola para resolver estas dudas. Este experto señala que en los comicios "podría haber un riesgo mayor sobre todo si se celebran en un espacio cerrado" y apunta que "habría que procurar evitar en la medida de la posible las aglomeraciones de personas", sobre todo de "personas mayores".
En poco más de diez días empieza la campaña electoral y los mítines en ambas comunidades. De momento, los partidos no han tomado ninguna decisión sobre qué hacer y los expertos apuntan que no hay antecedentes ni legislación sobre estos casos.
En Francia, donde van a las urnas este fin de semana para las elecciones municipales, han decidido seguir adelante incluso con candidatos en cuarentena. Por su parte, en Israel votaron con carpas para las personas en cuarentena, con médicos en lugar de interventores y con mascarillas y bolígrafos desechables.
En España no sabemos qué coste político puede tener esta circunstancia aunque el polítologo Lluís Orriols asegura que puede perjudicar a los políticos: "Cuando hay crisis de este tipo, catástrofes naturales, lo más probable es que los gobernantes acaben perjudicados".
Lo único que se sabe empíricamente es que el miedo y la incertidumbre penalizan, casi siempre, electoralmente al que está a los mandos, lo haga bien, mal o regular.