UN RETO QUE CONLLEVA GRANDES RIESGOS
El 'coronavirus challenge' o los límites de la estupidez humana: cómo acabar infectado tras lamer inodoros
Un joven influencer de 21 años de EEUU asegura haber dado positivo en coronavirus tras sumarse a un reto viral que consiste en lamer las tapas de los inodoros.
El mundo entero continúa haciendo frente a una crisis sanitaria de grandes dimensiones por el avance de la epidemia de coronavirus. Son muchos los países que, además de concentrar todos los esfuerzos necesarios en erradicar el virus, han llamado a la sociedad a ser conscientes y solidarios frente a esta situación para evitar que sigan creciendo el número de contagios.
Sin embargo, frente a la responsabilidad y el sentido común que reclaman las autoridades a los ciudadanos, parece que, también en esta ocasión, los límites de la estupidez humana salen a relucir, y todo a cambio de visitas y 'likes'. Es el caso de un nuevo reto que se ha hecho viral en Internet en las últimas semanas y que es conocido como el 'coronavirus challenge'.
Este desafío, que comenzó la 'influencer' Ava Louise a través de la red social 'TikTok', consiste únicamente en lamer tapas de inodoros de servicios públicos. No es de extrañar que al poco tiempo de dar pie a esta imprudencia se hayan sumado numerosos usuarios, poniendo más aún en riesgo la salud pública y aumentando las posibilidades de contagio en muchos entornos.
Es lo que habría acabado sucediéndole a un joven 'influencer' de 21 años procedente de Beverly Hills, en California. 'Larz', como así se hace llamar en Internet,ha afirmado haber contraído coronavirus días después de grabarse en los baños de un aeropuerto lamiendo un inodoro. "He dado positivo por Coronavirus", aseguró el influencer a través de redes sociales, donde lejos de arrepentirse por su comportamiento se tomó con humor lo sucedido.
Así lo ha expuesto el medio británico 'Daily Mail'. En el vídeo, titulado de forma irónica ''Retweet' para concienciar sobre el Coronavirus', Larz aparece acercándose a un retrete de un servicio público. Acto seguido, y sin dudar, se agacha para lamer varias veces la zona donde uno se sienta, arriesgándose al contagio (y a otras enfermedades que puede contraer realizando un acto así).
Frente a las imprudencias y los peligros que conllevan este tipo de actos, así como aplaudirlos, son muchos, la gran mayoría, los que entienden la gravedad de la situación e intentan sumar esfuerzos para reducir el número de contagios. Es el caso de países como España e Italia, donde los respectivos gobiernos han ordenado a la población que no salga de sus viviendas en la medida de lo posible para así luchar de forma más efectiva contra un virus que ya ha matado a casi 30.000 personas en todo el mundo.