Cara a cara decisivo
Un debate histórico e insólito en EEUU: claves del cara a cara con Trump en el que Biden se la juega
El actual presidente y su predecesor se enfrentan en una cita decisiva que, según los expertos, puede ser el debate presidencial más importante de todos los tiempos.
El de este jueves puede ser el debate más importante de la historia de Estados Unidos, con Joe Biden y Donald Trump empatados según las encuestas. Lo que digan, cómo lo digan y cómo reaccionen puede ser decisivo para el devenir de las elecciones de Estados Unidos e incluso puede costarle la candidatura al mandatario demócrata. Así, la expectación es máxima ante un cara a cara histórico por lo insólito, que hasta 80 millones de personas podrían sintonizar.
Para empezar, es la primera vez que lo protagonizan un presidente y un expresidente estadounidenses: uno, Biden, aspirando a la reelección, y el otro, Trump, buscando regresar a la Casa Blanca. Pero es que, además, ambos contienden como candidatos sin serlo oficialmente todavía, ya que aún faltan semanas para las convenciones de sus respectivos partidos. Los republicanos designarán oficialmente al suyo del 15 al 18 de julio, mientras que los demócratas no lo harán hasta la segunda mitad de agosto.
Además, el encuentro no lo organiza la Comisión de Debates Presidenciales y tampoco tendrá público, como es tradición. Para Aaron Kall, experto en debates presidenciales de la Universidad de Michigan, este "podría ser considerado el debate presidencial más importante de todos los tiempos". "La carrera está extremadamente ajustada, el país está muy dividido y polarizado", señala.
Trump es quien más tiene que ganar y sale decidido a embestir, sobre todo en lo económico y por la edad del actual presidente, quien según coinciden los analistas, es quien más tiene que perder: sin un liderazgo claro -se rumorea en los mentideros de Washington- si no triunfa, los demócratas podrían hacer incluso que se caiga del cartel como candidato.
Biden, por su parte, atacará al populista neoyorquino en este 'pre-debate' por comparecer como delincuente convicto -es el primer presidente condenado de la historia de EEUU-, porque el aborto haya dejado de ser un derecho protegido federalmente gracias a los jueces conservadores que él nombró y por querer volver a ser comandante en jefe para sus vendettas personales.