Que la vergüenza cambie de bando
La decisión de la francesa Gisèle Pelicot: plantar cara en el juicio a los 51 hombres que la violaron para que sientan vergüenza
A sus 71 años, Gisèle Pelicot enfrenta un juicio público contra su exmarido y 51 hombres que la violaron durante años mientras permanecía inconsciente. Su lucha no solo busca justicia, sino también exponer a los agresores con el rostro descubierto.
La historia de Gisèle Pelicot sigue estremeciendo a Francia y al mundo entero. Esta valiente mujer de 71 años ha luchado incansablemente para que el juicio contra su exmarido, Dominique Pelicot, y los 51 hombres que la violaron durante años, sea público. Según los informes, Dominique drogaba a Gisèle con somníferos y, mientras ella permanecía inconsciente, la ofrecía en internet para que fuera abusada sexualmente por desconocidos.
El juicio, que comenzó esta semana, ha desvelado detalles estremecedores de los abusos que ocurrieron en su hogar. Los acusados, hombres entre los 26 y 74 años, incluyen desde un bombero hasta un periodista, pasando por un comerciante y un jubilado. "Gente normal", según los vecinos, que en la intimidad perpetraron actos de una crueldad inimaginable.
Durante las sesiones del juicio, los acusados han intentado ocultar sus rostros, cubriéndose de una vergüenza que no sintieron al abusar de Gisèle. "Ella quiere que esto se sepa y que la vergüenza cambie de bando", declaró Stéphane Babonneau, abogado de Gisèle, al inicio del juicio.
Carolina Darian, hija de Gisèle, relató en el tribunal cómo su padre manipulaba a su madre, haciéndola creer que su pérdida de conocimiento era simplemente un síntoma de agotamiento. "Cuando se despertaba, mi padre le decía que había perdido el conocimiento... que estaba muy cansada", explicó Carolina, quien tuvo que abandonar la sala incapaz de escuchar los horrores que su madre sufrió.
Gisèle, que ha contraído cuatro enfermedades de transmisión sexual a raíz de las violaciones, no recuerda nada de lo ocurrido durante esos años. Sin embargo, su determinación de exponer a sus agresores ante la sociedad es inquebrantable. Este jueves, comparecerá en el juicio, pidiendo que todos vean la cara de los hombres que la violaron.
"Esos hombres pudieron usar mi cuerpo inconsciente, ahora que enfrenten la realidad", declaró Gisèle. Para ella, este juicio no solo es una búsqueda de justicia, sino un acto de resistencia frente a una sociedad que muchas veces ha silenciado a las víctimas.