PODRÍA FUNCIONAR AUTOMÁTICAMENTE
Desarrollan una mascarilla con 'boca' a control remoto para comer y beber sin quitársela
Al apretar una palanca, se abre una rendija en la parte frontal que permite comer con ella puesta. Se trata de un invento de una empresa israelí pensado para acudir a los restaurantes de forma segura frente al coronavirus.
Una empresa israelí ha desarrollado una mascarilla frente al coronaviruscon una 'boca' operada por control remoto o bien de forma automática, que permite al usuario comer sin quitársela, con el objetivo de que acudir a los restaurantes sea más seguro durante la pandemia. Apretando una palanca, una rendija se abre en la parte frontal de la mascarilla para poder introducir la comida a través de la misma.
"La mascarilla se abrirá de forma mecánica con un remoto manual o automáticamente cuando el tenedor se acerque a la mascarilla", explicaba esta semana Asaf Gitelis, vicepresidente de la empresa desarrolladora, Avtipus Patents and Inventions. "Puedes comer, disfrutar, beber y cuando saques el tenedor se cerrará, protegiéndote contra el virus y a otras personas a tu alrededor", agregó.
La empresa planea empezar a producir esta mascarilla en los próximos meses y ya ha presentado la patente. Cada una costará entre 0,85 y 2,85 dólares más que las mascarillas quirúrgicas simples, de acuerdo con la compañía.
La opinión de los consumidores, preguntados por la agencia Reuters, acerca de este invento se encuentra dividida. Mientras que algunos la ven muy útil, otros destacan que ingerir alimentos menos compactos con ella puesta, como un helado, podría ser problemático.
En Israel, donde se ha creado este invento, por el momento los restaurantes solo están abiertos para recoger comida para llevar. En España, en cambio, los establecimientos hosteleros han podido reabrir para el consumo presencial en aquellos territorios que se encuentran en las fases 1 (solo en las terrazas) y 2 de la desescalada.
En cuanto al uso de mascarilla, el BOE ha regulado este mismo miércoles su obligatoriedad en los espacios públicos para mayores de seis años cuando no se pueda garantizar la distancia de seguridad. No obstante, la orden española recoge que "no será exigible en el desarrollo de actividades que resulten incompatibles, tales como la ingesta de alimentos y bebidas".