A su vuelta de Pakistán
Detenidos el padre y la madrastra de Sara Sharif, la niña de 10 años cuyo asesinato conmocionó al Reino Unido
Ambos y el tío de la pequeña han sido arrestados al aterrizar después de un mes a la fuga en el país asiático. Aunque la autopsia revelaba severos golpes, los sospechosos afirman que la muerte se debió a "un incidente".
La Policía británica ha detenido este miércoles a tres familiares, el padre, la madrastra y el tío, de la niña de 10 años encontrada muerta con múltiples golpes dentro de la casa de su padre, a las afueras de Londres. La autopsia reveló que murió tras severos golpes y traumatismos, pero estos familiares hablan de "incidente".
Fue el propio padre, Urfan Sharif, quien confesaba la muerte a la policía en una llamada telefónica el pasado 10 de agosto. Lo hacía desde Pakistán, donde huyó para esconderse junto a su mujer actual, su hermano y cinco niños. Entre ellos, el hermano mayor de Sara.
Después de semanas escondidos en lo más remoto del país asiático, Urfan y su pareja publicaban un vídeo en redes sociales, en el que hablaban del homicidio. Beinash Batool, la madrastra de la menor fallecida, manifestaba: "La muerte de Sara fue un incidente. Nuestras familias en Pakistán están severamente afectadas por lo que está sucediendo". Los cinco menores a su cargo han sido puestos en manos de los servicios sociales pakistaníes.
La noche de este miércoles, en un vuelo procedente de Dubái, los tres adultos implicados en el trágico asesinato regresaban al Reino Unido. Era la culminación de una intensa búsqueda policial internacional. Mark Chapman, superintendente de la Policía de Surrey, confirmaba que "dos hombres, de 41 y 28 años; y una mujer, de 29 años fueron arrestados por presunto asesinato".
Fueron detenidos nada más aterrizar. La policía subió al avión y se los llevó bajo custodia ante la atónita mirada del resto del pasaje. Con las detenciones, Olga Sharif, la madre de Sara, abre la puerta a la esperanza para que se haga justicia por su pequeña.
Destrozadas por el dolor, la madre y la abuela acuden al altar improvisado en memoria de la pequeña Sara. Sylwia Kurz, abuela materna, no puede contener las lágrimas: "Esa no era Sara. Estaba completamente deformada". Olga Sharif, rememora lo duro que fue ver el cadáver de su hija: "Una de sus mejillas estaba hinchada. La otra, con moratones".