El doble exilio de los refugiados sirios en Líbano: escaparon de una guerra para caer en otra

Nur vivía en el Valle de la Becá, situado al este del Líbano, y era su refugio seguro cuando escaparon de Siria. A Mohama y Timua, también refugiados sirios, les ha costado años volver a sonreír y a jugar. Y para Foza Ali fue muy duro abandonar Siria, viuda y con dos hijos con discapacidad, encontró en esta zona un lugar donde poder descansar, hasta que Israel decidió atacar dura e indiscriminadamente.

Como ellos, cerca de 35.000 refugiados sobreviven en el Valle de la Becá, un lugar tranquilo antes de los bombardeos israelíes que han dejado ya casi dos mil asesinados en todo el país árabe. Un drama para personas que son doblemente vulnerables en el conflicto en el Líbano.

Los últimos cinco días la intensidad del conflicto, sobre todo, los ataques aéreos con drones se han incrementado potencialmente de noche y de día. La huella que dejan las bombas israelíes en Líbano estremece, mientras Israel argumenta que solo ataca objetivos de Hizbulá.

Pero el aspecto que tiene hoy el Valle de la Becá es de destrucción absoluta. Muchos de los refugiados, los que tienen medios, vuelven a huir a Siria y otros, al norte del Líbano. Van hacia las montañas, del centro y norte del país, aunque no hay posibilidades de refugio porque no hay casas donde descansar.

Las autoridades libanesas hablan de más de 27.000 personas desplazadas en las últimas 48 horas, más de 100.000 en la última semana y alcanza el millón desde que empezó el conflicto con Israel. Familias enteras y niños se ven obligados a volver a huir, cuando lo que necesitan es paz.

Su vida se ha convertido en un perverso bucle constante. Líbano, con tan solo 6 millones de habitantes, alberga cerca de 1,5 millones de refugiados sirios y más de 11.000 de otros países.